15 research outputs found
Social problems: the demographic emergency in Uruguay
This article focuses on Uruguay in a context of highly publicized external image through its
recent former president Jose Mujica. It covers government policies related to the problems
that all societies must face, addressing, in particularly, the demographic problem it is
experiencing, since it differentiates the country both in a regional and in the entire Latin
American context
Europa: el Parlamento, los ciudadanos y las elecciones
“Votando en las elecciones europeas, elige a quienes influirán en su futuro y en la vida diaria de casi 500 millones de ciudadanos europeos. Si no se molesta en elegirlos, alguien lo hará por usted y decidirá quién le representa en la única asamblea paneuropea elegida por sufragio universal directo. Los eurodiputados electos darán forma al futuro de Europa durante los próximos 5 años. Consiga la Europa que usted quiere. Si no vota, no se queje.”Así comienza la lista, que presenta el sitio web del Parlamento Europeo, con las 10 razones por las que se debe votar. Entre el día de hoy y el domingo 7 de junio, podrán votar 375 millones de europeos, la formación de un nuevo Parlamento con 736 eurodiputados. Desde el vamos se apela a la participación ciudadana, normalmente apática y poco interesada en estas elecciones institucionales europeas. ¿Por qué?El Parlamento Europeo se elige por sufragio universal directo desde 1979. Las normas europeas afectan la vida cotidiana del ciudadano común, mucho más de lo que parece a primera vista. Hoy en día en cualquiera de los países miembros podemos decir que una gran mayoría de leyes nacionales son aplicaciones de la normativa europea. Así que concierne a todos. Es cierto que no es el Parlamento solo quien hace esta normativa pero ha ido ganando espacio y poder con el tiempo y, el nuevo Tratado de Lisboa, una vez en vigor, aumentará aún más el poder de decisión de los eurodiputados, le dará el poder de elegir al Presidente de la Comisión y los ciudadanos tendrán derecho de iniciativa legislativa.En las últimas elecciones, el ingreso de los miembros de Europa del Este influyó negativamente en la participación ya que muchos de los nuevos ciudadanos europeos ni siquiera sabían qué función tenía el Parlamento. Este año la institución le dedica 18 millones de euros a una campaña informativa institucional, con el fin de combatir la abstención del voto. En Alemania, son los jóvenes los que se han movilizado para lograr generar conciencia entre sus pares de la importancia de hacer uso de este derecho electoral y participar en el sistema. Las críticas se concentran en la falta de verdaderos debates sobre temas europeos, la ausencia de la discusión federalista y la insistente presencia de la Europa de naciones que no representaría un único proyecto. ¿Qué pasa con la política de defensa común, con la política exterior común? Temas que aún hay que discutir y que están fuera del debate en la campaña, total: el pronóstico es una abstención récord.Sin embargo, cuando los temas europeos parecen más claros y cercanos, quizás más tangibles, los ciudadanos votan, se manifiestan…así fue en las reformas que implicaron votación ciudadana, así fue en el debate sobre la semana laboral cuando se negociaba Lisboa. Parecería que fuera más responsabilidad de los eurodiputados hacer valer su posición y defender el rol de la institución que representan, que de los ciudadanos de cumplir con las obligaciones (de hecho, morales) que implican vivir en democracia.Por unos, por otros, el Parlamento avisa: si no vota, no se queje. * Profesora de Unión Europea. FACS. ORT- Uruguay.
La Unión y su economía
La Unión Europea se ha convertido en 50 años, en la segunda economía mundial. Fue un largo proceso en el que se destacan tres acontecimientos claves: - La creación de la unión aduanera - La realización del mercado único - La creación de la unión económica y monetaria La unión aduanera permitió la libre circulación de mercaderías, el mercado único eliminó las trabas burocráticas que aún dificultaban el comercio e introdujo la libre circulación de servicios y la unión económica y monetaria eliminó los obstáculos para las inversiones transfronterizas e impuso la moneda única (que comparten 13 de los 27 países miembros), haciendo posible una política económica común. El mercado único europeo es, entonces, evidente y el logro mayor de la Unión Europea: aumentó la creación de empleo, el crecimiento de la riqueza acumulada, las empresas europeas mejoraron su competencia en los mercados globales, se abrieron nuevos mercados para la exportación beneficiando a las PYMES, la eliminación de la burocracia fronteriza permitió acortar los plazos de envíos, y así los costos, los flujos de inversión directa extranjera en la Unión se duplicaron. Desde el punto de vista de los consumidores, el mercado unido permite, en términos generales, una mayor variedad de productos y servicios de alta calidad, una baja de los precios de los bienes y de los artículos de consumo básico (por ejemplo, en el costo de las telecomunicaciones que se han visto reducidas en un 50%, en promedio, para las llamadas nacionales y un 40% para las internacionales). Sin embargo, el éxito del mercado único en estos términos, no debe cegarnos frente a sus insuficiencias en otros aspectos como la apertura del sector de los servicios financieros, que sigue siendo lenta. En cuanto a la fiscalidad, no existe una verdadera política fiscal comunitaria; las decisiones en esta materia deben tomarse en el seno del Consejo por unanimidad. Los Estados miembros tienen autonomía para establecer los tipos de impuestos a las sociedades y el impuesto a la renta de las personas físicas, el ahorro y la plusvalía. No hay acuerdo tampoco en ir hacia una tasa de IVA común, si bien, en este sentido, existe una cierta armonización en cuanto a los mínimos imponibles. En términos macro, se espera que las economías que forman parte de la Unión, y de la zona euro sobre todo, sean economías sanas por lo que se acuerda, a fines de los 90, lo que se conoce como el Pacto de Estabilidad y Crecimiento. Este pacto, unido a un Código de Conducta, obliga a los países miembros a evitar déficits presupuestales excesivos y generalizados, mantener la estabilidad de las finanzas públicas y de los precios. El pilar fundamental de este Pacto de Estabilidad y Crecimiento es que los países miembros no incurran en un déficit superior al 3% de su PBI, si no es por causas fuera de su alcance o a consecuencia de una recesión económica muy grave. Ahora bien, la economía sola, fría y dura, para sobrevivir requiere un liderazgo político claro en momentos de crisis como el que vivimos en este momento, y el que se prevé para 2009, porque las soluciones técnicas frente al pánico no son suficientes para devolver la confianza a los mercados. En este sentido, la UE tuvo que pasar un duro examen para demostrarle al mundo que el liderazgo compartido funciona y que es capaz de responder de manera conjunta y coordinada a situaciones de crisis como esta. La prueba apenas comienza, como explica claramente Federico Steinberg en su artículo “La crisis financiera mundial: causas y respuesta política” (ver Real Instituto Elcano Nº 126/2008), cuando dice que la crisis supone, además, una oportunidad para la Unión Europea en general y para el euro en particular, como moneda de reserva mundial: “Primero, porque es de esperar que la nueva arquitectura financiera internacional que emerja tras la crisis sea más similar a la de Europa continental que a la anglosajona, lo que supondrá una oportunidad para que la Unión adquiera un mayor liderazgo global si es capaz de hablar con una sola voz en el mundo. Segundo, porque esta crisis supone una oportunidad para que el euro continúe ganándole terreno al dólar como moneda de reserva internacional, lo que requiere que la estructura político-institucional de la eurozona sea lo suficientemente sólida”. En definitiva, un mercado único, en una economía globalizada, tiene sus ventajas pero también sufre el “efecto dominó” cuando una economía cae, haciendo tropezar a las demás. El liderazgo político puede tener más influencia de lo que, a priori, puede suponerse, aportando ese elemento “subjetivo” que la economía pura y dura no controla: la confianza. Europa la inspira y en ella está posicionarse como líder global, unida y con una sola voz. * Profesora de Unión Europea. FACS. ORT- Uruguay
¿Croacia no?
A raíz de la negativa irlandesa de ratificar el Tratado de Lisboa, Nicolás Zarkozy, presidente de Francia que encabeza, además, la presidencia semestral del Consejo Europeo, en el transcurso de las reacciones de este “no” irlandés, declaró lo que se entendió como que Croacia no podrá ingresar a la UE.Croacia, una de las regiones más ricas de la ex Yugoslavia, encabezó, junto con Eslovenia, el reclamo de independencia de la federación hacia 1989, declarándose independiente de hecho, en 1991. La mediación de la Unión Europea, junto con Naciones Unidas y la OTAN, fue clave en aquel momento, para lograr detener el conflicto étnico entre serbios (opositores a tal independencia) y croatas. La inestabilidad en la región continuaría, de todas maneras, unos años más. En 1999, la Comisión Europea definió las bases de lo que se llama el Proceso de Estabilización y Asociación para los Balcanes occidentales (PEA), un marco político y de cooperación que persigue tres objetivos: la estabilización y la rápida transición hacia una economía de mercado; la promoción de la cooperación regional y la perspectiva de adhesión a la UE para los países de la región. Croacia es el primer país del PEA que inició las negociaciones con la UE y obtuvo, junto con Macedonia, la condición oficial de “país candidato”. Se prepara así, desde 2005, para ser el próximo miembro de la Unión. La UE ofrece, a través del PEA, concesiones comerciales, asistencia económica y financiera y relaciones contractuales. El objetivo de fondo es ayudar a que los países que pretenden ingresar en la Unión logren, el grado de estabilidad y crecimiento económico necesarios para poder cumplir con los criterios de adhesión (o Criterios de Copenhague), sin embargo a Croacia (y todos los países del PEA) se les exige cumplir con algunas condiciones que no eran esenciales para los anteriores países candidatos, como ser asegurar el respeto por las minorías, el retorno de los refugiados, cooperar con la región y colaborar con el Tribunal Penal Internacional para la antigua Yugoslavia (TPIY). En estos años, se puede decir que Croacia ha utilizado de manera eficiente los recursos que llegan de los fondos de pre-adhesión (141 millones de euros en 2007) para lograr los estándares exigidos para ingresar a la Unión, objetivo fijado para 2009. La mayor parte del comercio croata es con la Unión Europea, tiene una posición geoestratégica importante en la medida que sirve de puente entre Europa Central y del Este con el Mediterráneo y es un ejemplo a seguir para sus vecinos ex yugoslavos con interés en ingresar a la Unión. Entonces ¿qué quiso decir Nicolás Sarkozy? “Sin nuevo tratado no hay ampliación” dijo Jean Claude Juncker, Primer Ministro de Luxemburgo (Eleconomista.es, UE presiona a opositores a Tratado de Lisboa amenazando ampliación a Croacia. (20/6/08)) y es lo que resume la intención de aquellas declaraciones. Croacia quedó encerrada en el meollo por ser el siguiente en la lista de los nuevos miembros, pero en ningún momento se quiso insinuar que se estaba en contra de su ingreso. Se pone en evidencia una realidad, que fue, de hecho la que llevó a acordar el Tratado de Lisboa en diciembre pasado: la UE no puede seguir funcionando sin una reforma urgente, entre otras cosas, de sus instituciones. Ya no puede seguir absorbiendo nuevos miembros y aumentando, en consecuencia, los comisarios y los eurodiputados indefinidamente. En definitiva Croacia se transforma en una especie de víctima de la presión que se ejerce para logar la ratificación de Lisboa ya que Croacia no es el problema en sí mismo sino todas las futuras ampliaciones. Es decir, Croacia sí, pero Lisboa también.* Profesora de Unión Europea. FACS. ORT- Uruguay.
MITTELEUROPA - UN PASEO DE LA MANO DE MILO DOR (1era. parte)
Es lo que nos propone este autor con su libro “Mitteleuropa, mito o realidad”. Un paseo a través de poco más de 200 páginas en el que nos cuenta sus vivencias, su manera de sentir cada lugar, algunos recuerdos, todo mezclado con una magistral clase de historia. Es Europa Central a flor de piel: Istrie, Venecia, Voivodina, Dubrovnik, Toscana, el Danubio, Lombardia, Trieste, Belgrado, Budapest, Viena, Praga. Es la Europa central de Milo Dor.Poco podemos decir de este autor, no más que nació en Budapest en 1923, que fue educado en la zona yugoslava de Banat, que se instala en Belgrado para terminar haciendo de su casa la ciudad de Viena. Sufrió el exilio después de haber sido expulsado de la Universidad por sus actividades políticas en 1940 y de haber sido arrestado dos años más tarde antes de ser deportado a la ciudad austriaca. Milo Doroslovac, como es su verdadero nombre, se va dejando conocer a medida que se avanza en el viaje, dejándonos ver su interior al llegar a los últimos destinos. Así vamos a conocer primero al autor y luego lo que nos dice, haciendo un repaso un poco desordenado del orden cronológico que nos propone en su libro.PragaQuizás la ciudad del antiguo bloque del este que más ha sufrido la degradación arquitectónica del régimen comunista, quizás la ciudad en la que el autor encuentra más rastros de historia por ser centro que une el norte con el sur, el este con el oeste, en la que se ve y se siente el pasaje de décadas de descuido, de abandono, en la que nota el cambio desde su primer visita en 1938, a la última ya luego de la caída del muro de Berlín. “Praga fue para mi una ciudad llena de luz, de caras radiantes que miraban el futuro con confianza a pesar de la amenaza que representaba la Alemania de Hitler” declara el autor.Cuando resulta invadida por Alemania, Milo Dor sale a las calles de Belgrado a protestar contra tal atropello. Era estudiante liceal y fue la primera vez que se enfrentó a la autoridad. Queda clara la importancia que representa esta ciudad no solo en términos históricos sino como el inicio de la actividad política que desarrollaría después. En 1946 vuelve a una Praga a la que la guerra no había logrado quitarle el entusiasmo y la confianza que provocaba la libertad recién recuperada: “estaba fascinado con la animación de las calles” dice el autor.Un ánimo que duraría poco hasta que los comunistas llegaran al poder y allí se quedaran por más de cuarenta años. Milo Dor no volvería a Praga hasta entrados los años 80. En esta tercera visita nuestro guía sentirá el peso de un gobierno represor que había hecho desaparecer la alegría de las calles en las que ahora solo reinaba el silencio. A pesar de respirarse un aire tenso, obtendrá de esta visita una vivencia que no olvidará: por un segundo se darán determinadas características climáticas, de luz, de paisaje que lo harán sentir que se encuentra en el sur, más precisamente en Italia. ¿Por qué es relevante?Porque durante todo el transcurso del viaje (léase libro), Milo Dor intenta mostrarnos una Europa única, en la que hasta los pueblos que menos nos parecen influenciarse tienen cosas en común, más allá de la historia, rasgos culturales, lingüísticos, etc. El propio Milo Dor no se asume húngaro, austriaco o yugoslavo, sino europeo él mismo. Cuando vuelve, años más tarde, intenta recuperar la experiencia. Praga había recuperado la vida, la opresión que había sentido en su última visita había desaparecido. Nos la presenta como una ciudad invencible, cuyo pueblo cayó y se levantó una y otra vez.Vemos aquí, también, el Milo Dor político que lamentó el ataque fascista, que lamenta la destrucción comunista, pero que a su vez, puede ver más allá y mostrarnos a través de las letras la poesía que encierran ciudades llenas de sufrimiento, llenas de historias de luchas y desencuentros, un Milo Dor que lamenta la separación étnica, la lucha religiosa, porque todos son uno y parte de la misma cosa.Belgrado, Budapest, VienaSon las tres ciudades que marcarán la vida de nuestro guía, un triángulo amoroso al borde del Danubio que le dejarán huella, cada una a su manera. Su llegada a Viena fue accidental, en 1943 siendo prisionero en Serbia es deportado a esta ciudad austriaca a un campo de trabajo forzado. Allí se quedará, primero obligado, luego por decisión. Nos cuenta cómo encuentra en Viena su casa (son chez soi) luego de pasar un largo periodo aprendiendo a conocerla y a quererla. Como capital cosmopolita y multicultural, dice, hasta un serbio como él, parte griego, nacido en Hungría y educado en Yugoslavia, podía sentirse en casa.“Cada ciudad se reduce para cada uno de nosotros a algunos detalles que tienen un significado particular” dice Milo Dor, y son esos detalles los que nos cuenta en este destino, el significado particular que cada una de las tres ciudades tiene para él. Es en Budapest donde encuentra la mejor vista sobre el Danubio, y donde nace en 1923, casi por accidente ya que apenas semanas después es trasladado a la ciudad que siente realmente como propia, Veliki Bečkerek, en Yugoslavia. A pesar de ello su ciudad natal no le es tan extraña como podría parecernos por las innumerables historias contadas por su madre que la mantuvieron presente a lo largo de su juventud.Nos presenta a los habitantes de esta ciudad particularmente abiertos a las novedades y nos muestra un país en el que la comunidad judía tuvo gran importancia en lo que se refiere a su crecimiento económico, un país en el que se siente y se ve el pasaje turco, un país, finalmente, que siempre miró al oeste a pesar de sus ancestros haber llegado del este. La puerta de entrada a ese “oeste” se encuentra en Viena.Milo Dor encuentra varias razones por las que puede ligar Viena a su vida, pero por sobre todas las cosas explica cómo un sentimiento de confianza que invadía a sus padres, esta capital de un imperio que fue, hizo que terminara allí. Por alguna razón la encontraban un lugar seguro para esperar el fin de la guerra. Sin embargo, dice el autor, algo salió mal, es arrestado y solo por azar es que sale vivo. Obviamente al acabar la pesadilla solo quiere hacerse de un poco de dinero y salir de allí. Lo que no era tan obvio es que, una vez con todos los papeles en regla y el dinero suficiente para emigrar a los Estados Unidos, decidiera dejar pasar el barco y quedarse en Viena. “Nuestra ciudad es una amante infiel, perversa, que llora sus amantes cuando los maltrató toda la vida” nos dice, así fue que Viena lo convenció de quedarse.Y parece no haberse equivocado, lo que nos cuenta de Viena, de su barrio, nos transmite calma, una sensación de espacio agradable, cultural, de “petit quartier mignon”, nos trasmite el amor que siente por ella, nos invita a conocerla. Es un pasaje en el que Milo Dor se muestra más débil en el sentido más positivo de la palabra. Todo el relato es como una poesía a la Josefstadt, su calle. Casi un homenaje al barrio que supo recibir personajes célebres, comunidades diferentes, un mundo multicultural…un barrio que representa Austria.Al decir de Jorg Mauthe, ser austriaco no es una nacionalidad, es compartir una visión del mundo. En definitiva Viena es su casa, su tierra y todo lo que ello representa.Al hablarnos de Belgrado evoca recuerdos de infancia, de tardes frescas de verano, de corsos y charlas de libros, de cines y teatros. Nos pone frente a la librería en la que soñaba ver algún día uno de sus libros y si bien se encuentran hoy allí en versión serbo-croata, la felicidad que ello le inspira ya no es comparable con aquella que hubiera sido en aquel momento. Esta ya no es su casa…Belgrado es una ciudad en la que la poesía de otras es más difícil de encontrar, una ciudad que aún no ha resuelto muchos de sus innúmeros conflictos, donde la vida se hace difícil.A lo largo de la historia se vio destruida por todos los invasores posibles y reconstruida una y mil veces. Hoy lucha con la cantidad de habitantes, de inmigrantes que llegan a diario de ciudades y países vecinos a probar mejor suerte. Comunidades que se mantienen separadas, distantes las unas de las otras, una crítica que deja clara Milo Dor cuando la compara con una gran ciudad norteamericana donde los inmigrantes cultivan sus viejas tradiciones y tratan de imponerse unas colectividades a otras, donde cada uno intenta obtener lo mejor para sí…Plantea una “americanización” excesiva y sin ningún encanto.Aparece aquí también el Milo Dor político, comprometido, crítico. Existen en Belgrado una docena de partidos políticos. Si bien se distinguen por el nombre, nos dice el autor, no se puede constatar ninguna diferencia notoria entre ellos porque se disputan los sentimientos nacionales y religiosos de los electores. Como en todos los Estados liberados de la presión comunista, la balanza pesa para el lado del nacionalismo que, en Serbia, se confunde con la iglesia ortodoxa nacional.Son ideologías nacionalistas que terminan siendo agresivas que obviamente acaban por enfrentarse con las otras ideologías nacionalistas agresivas de los otros pueblos yugoslavos. Es la guerra, las masacres…el odio étnico, el egoísmo…Es lo que podemos ver en los filmes de Kusturica, solo que él nos lo muestra como actor, Milo Dor nos lo presenta como espectador que sufre desde afuera. En la segunda, y última parte, viajaremos junto a Dor por el sur y reflexionaremos con él de qué hablamos cuando hablamos de Mitteleuropa. *Mag. en Relaciones Internacionales por la Universidad Técnica de Lisboa y docente de FACS – Universidad ORT Uruguay
Schengen y la libre circulación en la UE
Una de las noticias que ocupó (y ocupa) estas semanas, a la mayoría de los diarios europeos tiene que ver con el encuentro, el martes 26 de abril pasado, en Roma, del presidente de Francia, Nicolás Sarkozy y el premier italiano Silvio Berlusconi, en torno al tema inmigración y la necesidad de reformar el acuerdo de Schengen que permite la libre circulación dentro de la Unión Europea.Es uno de los capítulos de la situación que mueve al norte africano y que abre nuevos capítulos en la interna europea.Desde los primeros años de 1990, fueron desapareciendo las aduanas de los puestos fronterizos y los controles de identidad se fueron suprimiendo en trece países pertenecientes al llamado espacio Schengen.Hoy para viajar en el interior de 22 de los 27 países de la Unión Europea, basta con poseer una cédula de identidad válida o un pasaporte nacional válido (1). Desde 1995, los controles de identidad fueron progresivamente suspendidos en las fronteras internas del espacio Schengen, que se extiende a lo largo de la Unión, con excepción del Reino Unido, Irlanda, Rumania, Chipre y Bulgaria; más Suiza, Noruega, Liechtenstein e Islandia.Actualmente, los Estados miembros de la UE proporcionan un pasaporte europeo a sus ciudadanos que sustituye al pasaporte nacional y puede ser utilizado para viajar en el mundo entero.La libre circulación de personas es una realidad en la UE. Los controles de policía y de aduana desaparecieron en las fronteras de los países del espacio Schengen(2). Los controles sin embargo, se efectúan en las fronteras exteriores de la UE. Una persona que se encuentre en un Estado miembro podrá pasar las fronteras hacia otros Estados miembros sin problemas, lo que implica, solidaridad y confianza entre los Estados de la UE, cada Estado es responsable de los controles en sus fronteras con respecto a un tercer país y garante no sólo de su propia seguridad sino de todo el espacio de la UE. El refuerzo de los controles de las fronteras externas de la UE, compensa la desaparición de los mismos en las fronteras internas y requiere de esta manera una cooperación reforzada de las administraciones del interior, de la justicia y sobre todo, de los servicios policiales, de aduana y de inmigración. Esto quiere decir que los no europeos que ingresan en un Estado miembro del espacio Schengen pueden circular sin control a través de los países Schengen con una cédula de identidad o el permiso de estadía.Con respecto a la inmigración, no existe aún una normativa común con referencia a la entrada y estadía en el territorio de la UE de ciudadanos extranjeros. Se mantiene aún como competencia exclusiva de los Estados miembros que deben coordinar sus leyes con respecto a las condiciones de entrada, de permanencia y de trabajo de estas personas. Actualmente la prioridad está puesta en la lucha contra la inmigración y el trabajo clandestinos. En este sentido, los 27 miembros de la UE se pusieron de acuerdo sobre una lista de terceros países a cuyos ciudadanos se les requiere de una visa para entrar a la UE (3).Con respecto a los demandantes de asilo y los refugiados, los países de la UE deben adoptar una actitud común. Se trata de evitar en particular, que un candidato al estatus de refugiado sea enviado de un Estado miembro a otro, a partir de un pedido de asilo, o viceversa, de impedir que un pedido de asilo sea introducido en un Estado miembro luego de haber sido rechazado en otro.A partir de la revolución tunecina (y su efecto dominó), Italia no deja de recibir refugiados, sobre todo de Túnez y Libia. La decisión unánime de Italia, primero, de entregar un visado especial a los refugiados para que puedan permanecer en territorio europeo y la iniciativa luego, también unánime, de Francia de plantear una suspensión del acuerdo Schengen han generado un debate dentro de la UE que sobrepasa el tema puntual de qué hacer con todos los refugiados que ahora tienen permiso de permanencia, aunque limitado, en territorio europeo.Existe una cláusula de suspensión de Schengen que Francia supo aplicar ya cuando los atentados de Londres en 2005, pero que refiere, aunque no explícitamente, a temas relativos a la seguridad. En este caso puntual, Francia quiere evitar el ingreso masivo a su país de inmigrantes africanos, lo que a ojos vista no es lo mismo. Bruselas reacciona así, aclarando primero que no fue consultada por ninguno de los mandatarios sobre las medidas a adoptar y que propondrá un proyecto en este mes de mayo, que aclare las normas Schengen sin ninguna intención de “innovar” en ese sentido, enviando un claro mensaje a Sarkozy. Lo que el ejecutivo europeo pretende es lograr mayor coordinación entre los países miembros en lo que respecta a las fronteras externas reforzando la agencia europea que las gestiona, FRONTEX, y que se logre avanzar en el debate sobre la inmigración, además de evitar agujeros interpretativos del acuerdo Schengen. Una reforma que limite la circulación en el marco de Schengen va en contra del principio europeo de unidad de Monnet, Schuman o Delors, y donde los Estados miembros deben poner el esfuerzo es en lograr una política migratoria común. Así queda expresado en varios editoriales de distintos diarios europeos que no ven con simpatía esta actitud franco-italiana, que vuelve a separar a la opinión pública europea en temas tan delicados como urgentes de resolver.(1) Los menores de 18 años deben poseer una autorización escrita de sus padres para viajar solos a través del territorio de la UE. El pasaje de frontera de los objetos personales se efectúa sin revisión, incluyendo puertos y aeropuertos, aunque la aduana se reserva el derecho de intervenir y revisar cuando existe sospecha de tráfico de drogas, el transporte de sustancias peligrosas, de tráfico de armas o de obras de arte.(2) Dinamarca tiene un estatus especial, el Reino Unido conserva el derecho de controlar a las personas en sus fronteras, y los nuevos países miembros de Europa del Este van ingresando al espacio Schengen paulatinamente desde 2008.(3) A partir de los atentados del 11 de setiembre de 2001, se creó un Sistema de Información sobre Visas (VIS) que permite mejorar la puesta en marcha de una política común de visas, la cooperación consular entre las representaciones de los Estados Schengen y la consulta previa a la concesión de visas. Además, la “visa Schengen”, de modelo uniforme, permite a los ciudadanos extranjeros entrar legalmente en un Estado Schengen y desplazarse libremente en todo el espacio. Esta visa común, se da con procedimientos idénticos, es válida para estadías de tres meses por semestre. *Docente de Unión Europea,Magíster en Relaciones Internacionales, estudios europeos,del ISCSP, Universidad Técnica de Lisbo
ABDOU DIOUF Y LA FRANCOFONÍA
La cadena francesa TV5 emitió hace algunas semanas un documental llamadoAbdou Diouf: un destin francophone. Es un repaso sobre su vida y lo que para él significa la francofonía, un verdadero francófilo que dirige hoy, y desde 2003, la Organización Internacional de la Francofonía (OIF). Se ve aquí, más allá de su vida política como Presidente de Senegal durante 20 años, al hombre, su Ser. La OIF da marco a una solidaridad activa entre los 75 Estados miembros, lo que representa más de un tercio de los Estados parte de Naciones Unidas. La francofonía no sólo representa el compartir el uso de un idioma común, el francés, sino, como el propio Diouf lo resalta, el compartir valores que son universales, toda una cultura, una manera de vivir y ver el mundo basada en un elemento fundamental: la diversidad.Con sus casi dos metros de altura, su modo lento y pausado de hablar, su mirada reflexiva, Abdou Diouf impone, sin embargo, un respeto afable y la clara sensación de estar frente a quien ha vivido y aprendido:«Je me sens apaisé, au même temps plein de vie, je me sens gagné par ce qu'on peut appeller la sagesse. Je suis à cette période de ma vie où j'ai vraiment la sagesse issu de cette longue expérience que j'ai eu de la vie publique, de la vie sociale, des réussites et des échecs et au total, quand je mesure le chemin parcouru je dis que finalement ça n'a pas été si mal», dice Diouf, a sus 75 años, manteniendo un grado de humildad que solo aquél que está seguro de sí puede manifestar sin problemas. Rescata las cualidades humanas de las personas con quien se ha cruzado así como de aquellas con las que ha debido lidiar en el terreno político, tanto en Senegal como en Francia, demostrando una sensibilidad que normalmente resulta difícil de reconocer en estas arenas. A través de su propia historia y del recorrido hecho hasta llegar a la sede en Paris de la OIF, a pedido del entonces Presidente Jaques Chirac, deja clara la importancia de actuar para que el francés, su idioma, no pierda terreno internacional sin que sea ésta una lucha contra el inglés, ya que no se trata sólo de un tema de lenguas pero sí contra la hegemonía de una única cultura o un único idioma, sea cual sea éste. Diouf representa todo aquello por lo que la francofonía lucha, un africano que supo rescatar lo que de la colonia le era útil, de un país que se independizó pacíficamente y eligió, sin traumas, utilizar el francés como idioma oficial, reconociendo que para países que a veces llegan a tener hasta 300 maneras distintas de comunicación interna, contar con una herramienta unificadora como ésta es una bendición. Un hombre musulmán, casado con una católica y que tiene hoy, en su familia, representadas al menos tres religiones, sumada la judía, practica la diversidad en todos los terrenos de su vida. Elegido y reelecto en sucesivas ocasiones democráticamente que lo llevaron a gobernar su país por dos décadas, Diouf representó un ejemplo para todo el continente el día que perdió las elecciones, ya en el 2000, y se apuró a reconocer su derrota retirándose en paz del sillón presidencial. Es decir, no sólo se trata de promover el francés como idioma, se trata de defender la democracia, los derechos humanos, privilegiar la paz, la diversidad cultural, la educación a partir de una lengua común, que cualquier francófilo definirá como rica y consistente, mágica y musical. Con estas breves palabras es que recomiendo a quien tenga la posibilidad de entender este idioma, disfrutar durante una hora de este video, disponible en Internet (http://www.dailymotion.com/video/xfgegp_abdou-diouf-un-destin-francophone_news) que nos confirma que hay otros mundos, otras maneras de vivirlos y de verlos y que nos permite descubrir a Abdou Diouf, en toda su humanidad. Un hombre que se define a sí mismo en sus palabras finales diciendo: «J'ai beaucoup appris, j'ai beaucoup reçu, ce que je voudrais c'est pouvoir transmettre mon expérience, ce que je voudrais c'est que les hommes aient davantage de volonté...Vous savez, Socrates a dit "connais-toi toi même et devient qui tu es": ça doit guider la conduite de tous les hommes pour qu'ils aillent plus loin, ce n'est pas le chemin qui est difficile mais le difficile qui est le chemin...» *Magíster en Relaciones Internacionales, estudios europeos,del ISCSP, Universidad Técnica de Lisboa
MITTELEUROPA UN PASEO DE LA MANO DE MILO DOR (2da. parte)
El Sur: Istrie, Venecia, Toscana, Lombardia, TriesteEl sur para Milo Dor representa, por sobre todo, el mar. Un mar del que siente nostalgia “cual pez en la tierra” y hacia el cual, apenas llega la primavera, parte a su encuentro. Siguiendo el orden cronológico del libro, Istrie es el primer destino de viaje. Aquí se encuentra la calma, se encuentran las culturas croata, eslovena, italiana. El autor nos propone un repaso histórico de las diferentes conquistas que sufrió la península a través de los rasgos y estilos arquitectónicos que fueron dejando su marca al paso del tiempo. Istrie es uno de los pocos sitios de Europa en donde la historia mantiene una presencia que la hace evidente y accesible. Es para nuestro guía, el mejor lugar de reposo.Por su parte, Venecia representa para Milo Dor, todo aquello de lo que el hombre es capaz. Una ciudad que no le es extraña a ningún visitante aunque no más sea por haber sido tan retratada por diferentes autores, tan fotografiada y pintada por innúmeros artistas. Nos recuerda que su nacimiento se debió a la inteligencia y destreza de los primeros habitantes que llegaron a las islas escapando de los bárbaros que invadían Italia desde el norte. Así, se juntaron habitantes de Padua, Verona, Vicenze, lombardos…habitantes que hicieron de Venecia el mayor imperio comercial de la Edad Media. Aprovecha aquí, para llevarnos al pasado y nos pasea a través de la historia en una disertación clara que nos explica el auge y decadenciadella bella citá. Repasa los rastros que quedan hoy presentes en una arquitectura suntuosa y teatral que se ve representada también en las ropas y máscaras del famoso carnaval de Venecia.Aquella sensación de haber ya estado en la ciudad de los grandes canales que le provoca al primer visitante, también la puede sentir al llegar a la región Toscana. No solo reconocida por la producción del tradicional y uno de los mejores vinos del mundo como es el Chianti, sino también por haber albergado una civilización que desapareció sin dejar grandes rasgos como son los Etruscos. Milo Dor, nos lleva a través de las diferentes teorías del misterioso origen y desaparición de este pueblo singular. Vemos un poco del Milo Dor hombre para el cual el mayor triunfo de la vida está representado en dos cuadros que muestran el fin de jornada de un matrimonio que luego de tomar un baño, se acuesta a dormir. Una escena por demás sencilla, por demás común, pero que le inspira confianza en lo que debe ser la vida: amor.No es solo la historia, nuestras raíces, nuestro pasado, también es nuestro cotidiano, también podemos encontrar nuestro SER en los actos más simples y rutinarios del día a día. Sobresale además un problema que sufren no solo las pequeñas aldeas toscanas mas todas las pequeñas aldeas europeas, y nos llama la atención al respecto. Apenas quedan algunos ancianos cuando no están completamente abandonadas….A pesar de ello, nos dice nuestro guía, los comerciantes van a la ciudad, los paisanos trabajan la tierra, los artistas tienen sus ateliers y frente a la puerta de la ciudad un grupo de niñas juega a la rueda rueda: es un escenario de calma y felicidad.Lo que más sobresale del pasaje por Lombardia es el recuerdo que le surge de su infancia pasada en la región del Banat. No solo por el paisaje monótono sino también por su gente poco locuaz que guarda características muy similares. Es una zona campesina que también ha tenido su lugar en la historia, a la que pocos jóvenes regresan pero que se mantiene viva a pesar de no ser destino de muchos turistas.Más marcante resulta entonces la visita a Trieste. Ciudad que le parece a nuestro autor, más austriaca que muchas ciudades actuales de aquel país. Quizás sea por ello que se siente tan en casa como en Viena. A pesar de quedar pocos rastros del periodo romano se puede encontrar su presencia, una vez más, en su arquitectura. Realza la importancia de un puerto que supo ser, que ya no es y que intenta volver a ser. Nos cuenta su relación con Viena en otros tiempos, no solo comerciales mas también en el área de la ciencia, de la psiquiatría específicamente. Nos desvía un poco del recorrido histórico para poner como ejemplo un trabajo que encuentra excepcional hecho a nivel de esta área del estudio humano. Plantea aquí, uniéndolo al trabajo psiquiátrico, y dado que lo asume como una enfermedad mental, un tema que retomará luego, pero que ya vimos, que es el del nacionalismo. Trieste fue uno de los centros del movimiento fascista. Con habitantes croatas, eslovenos, italianos, pasó de mano en mano, entre Yugoslavia e Italia, queriendo cada uno resaltar un fuerte nacionalismo interno.Trieste marca así, para Milo Dor, una gran lección que es, en definitiva, la que intenta dar a lo largo de todo su libro. Los pueblos de costa septentrional del Mediterráneo y del espacio centro europeo están hechos para entenderse, más allá de los nacionalismos, de las religiones y de las ideologías. Entender esto significa, para él, haber aprendido la lección, haber aprendido de los errores y poder enfrentar un futuro en común.Voivodina, Dubrovnik y el DanubioVoivodina y Dubrovnik representan la infancia y primera juventud de Milo Dor. Haber crecido en un paisaje de planicie inmensa donde causaba impresión “no tener donde esconderse” marcaron al autor en la medida que resiente hoy esa inmensidad que tanto busca en sus rencuentros con el también inmenso mar cada vez que se dirige al sur. Una tierra que fue turca, austro-húngara, serbo- croata-eslovena, para acabar yugoslava al momento de nacer nuestro guía. A la vez que nos relata los hechos históricos nos cuenta un poco de su vida, de su padre, hechos personales que junto con la historia formaron su primera infancia.Le da un rostro humano a los acontecimientos históricos que nos podían parecer en exceso abstractos. Cuando regresa a su tierra, Milo Dor encuentra el conflicto de las minorías, se reencuentra con sus ancestros, se enfrenta a la americanización, a la melancolía, a la tristeza, a la mezcla de lenguas y culturas eslavas, se encuentra con un pasado que fue y al que no quiere volver: “no tengo más nada que hacer aquí” acaba diciéndonos…Cada uno de nosotros tenemos nuestros puntos de referencia que marcan el camino de nuestra existencia. Uno de esos puntos es para Milo Dor la ciudad de Dubrovnik. Un sitio que supo conquistarlo poco a poco, transformándose en cierto modo, en su lugar. Un sitio que le provoca buenos recuerdos, donde la historia se vive como el presente, un punto fronterizo ubicado en la punta más meridional de Croacia. Es este un capitulo cargado de historia, una parte de su historia que le es placentera y así nos lo trasmite. Una ciudad que da pena abandonar.El Danubio es lo que para Milo Dor debiera representar Europa: la unión de numerosos países y pueblos. Es un destino del que no ha podido escapar, un río que baña las costas de las tres ciudades que marcaron la vida del autor, Viena, Belgrado y Budapest. Es el lazo que conforma un triángulo amoroso en cuyo centro está gran parte de su vida. Es el río que otrora separó, que sirvió de frontera mas también de vía de comunicación. Es esta la que debe mantenerse como función primordial.MitteleuropaToustain Du Lac decía, citando a Gyogy Conrad, que el hombre « mitteleuropeo » es aquel al cual la división del continente lastima, toca, molesta, inquieta y oprime. Para este autor es un mito en términos políticos pero muy real en términos culturales, como concepto que une tres grandes civilizaciones: la occidental, la eslava ortodoxa y la herencia del Islam del Imperio Otomano.Para Milo Dor, la Mitteleuropa es su patria, a su vez, su patria es Europa. Cada uno tiene su propia visión. Por un lado los polacos y húngaros, por otro los franceses y alemanes, los propios intelectuales. Según Dor, es un concepto que ha sido reinventado a lo largo del tiempo de acuerdo a la puesta al día. Para él uno de los rasgos de su mitteleuropa es el estado plurinacional, tomando como ejemplo la Yugoslavia de Tito, que no defiende pero de la que saca una lección: los pueblos no son capaces de convivir pacíficamente. Lamenta la decadencia de las construcciones multiculturales y los Estados plurinacionales en ese sentido. La presencia de una comunidad judío-alemana, que estaba instalada en todas partes, hizo que fuera un contributo fundamental a la creación de la cultura centro europea. Es un ingrediente, junto con el idioma alemán, esencial a la existencia de este concepto.En definitiva, más allá de la realidad, la Mitteleuropa es también un sentimiento, una forma de sentir una parte de Europa, y eso es lo que nos transmite Milo Dor en su libro. La cultura y la historia se transforman en un valor agregado de estos países que tienen un origen común que no debemos olvidar y que el autor nos recuerda permanentemente a lo largo de todo el viaje. Es el intento de preservar lo bueno del pasado, con un rostro más humano, que debe unificar para el futuro. Mitteleuropa no es únicamente un espacio geográfico, es mucho más que eso, es también una cultura común, una historia común, es toda una comunidad que forma parte de un espacio aún mayor que es el continente europeo.Milo Dor nos lleva en un viaje a través de palabras que provocan en nuestra imaginación un sinfín de imágenes, nos invita a conocer sitios, nos propone música y poemas de lugares que han pasado por encantos y desencantos pero que no por ello dejan de ser maravillosos. Es otra manera de ver “la otra Europa”, una manera que le hace mucha falta. *Mag. en Relaciones Internacionales por la Universidad Técnica de Lisboa y docente de FACS – Universidad ORT Uruguay. FUENTES:Dor Milo. 1996. Mitteleuropa. Mythe ou Realite. Itália. Fayard Matvejevic Predrag. 2003. L’Europe et l’Autre Europe.Du Lac Toustain. Miteleuropa : permanence d’un concept ?Beller Steven. 1991. Reinventing Central Europe. Centre for Austrian Studies.Reisenleitner Markus.1998. Tradition, cultural boundaries and the constructions of spaces of Identity
"LATINOAMERICANIZACIÓN" DEL SUR DE EUROPA
Hace unas semanas estaba almorzando con dos europeos, del sur de Europa, que me comentaban que ya se hablaba de la latinoamericanización de esa parte del continente. Conversando con otros, luego, me hicieron el mismo planteo apuntando inclusive al cambio de percepción que ellos experimentan de sí mismos en aspectos cotidianos, como la vestimenta y la educación. Es una expresión que suena desde el vamos como mínimo complicada.Así, revisando la prensa europea, me topo con un artículo de El País cuyo titular es “Estalla la Euroguerra Fría”, de Claudí Pérez. Un poco fuerte como expresión, aunque se refiere a aspectos económicos y políticos, la metáfora encierra la base de un enfrentamiento entre Grecia, por un lado, y la Unión Europea (léase quizás Alemania), por el otro, que calificarlo de guerra fría resulta provocador.Queda claro ya, a estas alturas, que la crisis europea, no sólo queda en lo económico y que se profundiza afectando aspectos más subjetivos y tangibles para el ciudadano común, que trascienden el bolsillo de cada uno. El planteo de Naim sobre esta latinoamericanización de Europa (toda ella), pasa por el manejo que se le ha dado a las respuestas políticas y económicas de la crisis. La decisión de cometer los mismos errores deAmérica Latina fue, según este autor, “atender las crisis con medidas parciales y fragmentadas y pensar que es posible posponer indefinidamente las decisiones más impopulares.” Esto es lo que ve que pasa hoy en Europa, “basta ver lo que está sucediendo en Italia (…) para reconocer la experiencia Argentina, (…) pero más temprano que tarde, la realidad se impone y las medidas parciales fracasan. (…) Atacar uno o varios de los males de la crisis dejando intactos a los demás no funciona y prometerle a un país austeridad casi perpetua para pagar las deudas a los extranjeros tampoco.” Así explicaba el año pasado de dónde salía este concepto que, hoy constato, se extiende a otros aspectos muy distintos y, quizás, más riesgosos. Aparece la desmoralización, el pesimismo e inclusive el menosprecio entre los propios europeos del norte al sur y del sur hacia este lado, porque no vamos a dejar de reconocer que hablar de “latinoamericanización” refiere a características de estas latitudes (negativas y rodeadas de cierto aire despectivo).Ahora bien, sin darle demasiado espacio a otras voces que hablan del resurgir de grupos neonazis, de la postura arrogante de Alemania o de la victimización de los griegos, intentemos poner un poco de objetividad en el análisis preguntándonos ¿de qué se trata todo esto? Es difícil no generalizar y mezclar olivas con bananas.Europa es y sigue siendo la cuna de la civilización occidental, esto no quita otros aspectos. El norte siempre fue distinto del sur, esto no es de ahora. La referencia a la latinidad, en su origen, hace a las lenguas y culturas que colonizaron esta parte del planeta y, en este sentido, sacando a Grecia, el sur de Europa fue latino siempre, es decir, nosotros somos latinoamericanos por ellos. Teniendo claras estas premisas, avanzamos sobre lo que implica esta latinidad del sur europeo, que no es de hoy y que quizás la crisis solo la puso en evidencia. Hace diez años cualquiera que viajara por Europa y se trasladara de Lisboa a Nantes podía notar ciertas diferencias obvias en cuanto a la pulcritud de las calles, el orden vial, la educación de la gente, la ética exacerbada. Lo mismo si el recorrido iba de Madrid a Ámsterdam, de Roma a Estocolmo o de Atenas a Munich. De hecho, y en el fuero interno cada uno sabrá reconocerlo, solemos sentirnos más cómodos en España, Portugal o Italia que en Suecia o Alemania, es decir, culturalmente hablando estamos más cerca. Y esto no es una casualidad, somos hijos de ellos. No es lo mismo, claro está, son europeos y están en Europa, con todo lo que ello implica. Pero dejo planteada una reflexión: la crisis ¿no puso en evidencia una idiosincrasia que siempre estuvo y que solo quedaba soslayada por la bonanza económica de los fondos europeos? Esto es así en ciertos aspectos porque hoy la latinidad del sur de Europa ya no se refiere solo a aspectos de corrupción política y económica, también comienza a afectar (y aquí es donde pongo el llamado de atención) aspectos que hacen a la moral de la sociedad, psicológicamente riesgosos.Algunos españoles me han hablado de que la crisis les ha traído cambios hasta en su forma de vestir, que al lado de un alemán, se parecen más a un colombiano/caribeño (interprétese aquí lo que el lector sienta que esto pueda querer decir). El tema llega a la educación, la desigualdad, quiénes sufren más…todos discursos muy conocidos para nosotros. He aquí la comparación y la identificación con esta idea de lo que es (y claro, generalizada) América Latina. Entonces, hay una trampa en la expresión misma porque no podemos latinoamericanizar lo que siempre fue latino, por un lado, y por otro la idea que se generaliza termina siendo demasiado subjetiva lo que lleva a una desmoralización riesgosa. Es lo que Gordon Brown llamó la “bancarrota moral”, quizás más peligrosa que la presión ejercida por las medidas de austeridad (o gracias a ellas).Plantear la división de Europa en dos bloques monolíticos, como hace Pérez en su artículo, tampoco ayuda: el estallido de la euroguerra fría está lleno de expresiones exageradamente sensacionalistas del tipo “la salida de Grecia del euro crearía una Somalia en Europa”, “guerra civil”, “vuelta de la desestabilización de los Balcanes”, que aunque sean escenarios posibles (si nos ponemos estrictos, esto es innegable) son evitables y por supuesto, no deseables. Sin embargo hace un planteo que resume lo que quiero destacar en este artículo: el desencanto funciona como una losa que está solidamente incrustada en la ciudadanía, el demos europeo, y va a costar mucho deshacerse de ella. A lo que yo agrego un elemento no menos importante e igualmente peligroso que es la pérdida del espíritu europeísta que ese desencanto trae consigo.En definitiva, el concepto que encierra la expresión de nuestro título es equivocado porque América Latina y el “mito” que la envuelve desde la mirada europea no sale de una probeta. Lo importante aquí es atacar este punto, ser equilibrado y serio. Saber reconocerse ayuda a ir hacia delante. No se debe permitir que esta idea se incruste y perdure en el espíritu de los europeos del sur y haga mucho más difícil ver la luz al final del túnel, por más lejana que parezca y por más largo que sea el camino que aún quede por recorrer.Claudí Pérez, Diario El País http://economia.elpais.com/economia/2012/05/25/actualidad/1337978907_477033.htmlMoisés Naím, Diario El País http://elpais.com/diario/2011/11/06/internacional/1320534010_850215.html*Virginia Delisante es docente de Unión Europea Licenciatura de Estudios Internacionales FACS – Universidad ORT Urugua
La integración (no siempre) comercial de América del Sur
Los Estados han intentado unirse desde
que existen como tales. Por el imperio de la fuerza
en principio, por voluntad y acuerdos más cerca
de nuestro tiempo. También, y en consecuencia,
se ha regulado la cooperación, la coexistencia,
la integración, la unión, cualquiera sea la forma
elegida de colaboración. Para entender qué pasa
en América del Sur debemos necesariamente ir
un poco atrás en el tiempo, y en este mirar hacia
atrás surge inevitable el recuerdo de Javier del
Rey Morató1
cuando dice, en un diáfano punto
de partida para las reflexiones que siguen sobre
el tema que nos ocupa:
“América llegó tarde al banquete de la civilización
europea, y vivió saltando etapas, apresurando el
paso y corriendo de una forma en otra, sin haber
dado tiempo a que madurara del todo la forma
precedente. La tradición ha pesado menos – escribe
el pensador mexicano [Alfonso Reyes] – que ve
en esto la audacia, y el secreto de la historia, de
la política y de la vida latinoamericana, presididas
por una consigna de improvisación”