3 research outputs found

    . 40. Arqueología

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    En este número se han conjuntado trabajos de diversa índole, pero siempre relacionados con estudios de la arqueología. Se incluyen tres artículos que versan sobre las pinturas rupestres plasmadas en otras tantas regiones de nuestro territorio: Xochipala, Guerrero; la frontera norte de Tamaulipas, y Mulegé, Baja California Sur. Otros dos textos se dedican al estudio de los elementos minerales utilizados en el ámbito cultural prehispánico, y tres más constituyen estudios específicos de la actividad arqueológica: el primero sobre una propuesta de clasificación de materiales, otro sobre los resultados de una investigación de área y el tercero presenta algunos resultados de los estudios llevados a cabo en una región tan poco conocida como la Sierra Gorda de Querétaro. En el primer texto, Rosa María Reyna Robles ofrece información sobre pinturas rupestres de una cueva en el Cerro Tláloc de Xochipala, Guerrero. Además de incrementar el registro gráfico de manifestaciones rupestres, el artículo otorga una propuesta de interpretación que, de acuerdo con Reyna Robles, “aborda aspectos propiciatorios, sitios de iniciación, así como el sustento y reproducción social relacionados con el agua, el inframundo, la muerte y el sacrificio”. En el estudio de Roberto Martínez, Ramón Viñas y Larissa Mendoza, intitulado “Cueva de la Serpiente. Los ofidios con cuernos en la iconografía rupestre de Mulegé, Baja California Sur, México”, se analizan dos elementos principales –dos ofidios con cabeza de venado– del conjunto rupestre del Gran Mural. A partir de la analogía etnográfica y del análisis contextual de estas figuras, se establecen de manera hipotética sus posibles significados; éstos, según los autores del texto, se encuentran vinculados a mitos creacionistas, de muerte y resurrección de la vida, los hombres y las estaciones. En el siguiente artículo, Víctor Hugo Valdovinos Pérez se refiere a una pintura rupestre que identifica como perteneciente a un “Periodo Prehistórico Tardío”, de fecha apenas posterior al contacto; es decir, cuando Cabeza de Vaca cruzó la zona del río Bravo. El texto es resultado de la valiosa documentación obtenida durante los trabajos de Salvamento Arqueológico Corindón Reno Sur 3D. En el “Uso del cinabrio en la pintura mural de Teotihuacan”, Julie Gazzola ofrece información nueva sobre el uso de ese mineral: si bien se conocía el empleo del cinabrio en objetos rituales y funerarios —como también se sabía de su aplicación en cerámica, ornamentos de concha, en lapidaria y otros materiales con carácter ritual, lo mismo que sobre restos humanos al inhumarlos, o sobre los huesos mismos en enterramientos secundarios—, a partir de una serie de fragmentos de aplanados pintados, recuperados del relleno de una estructura adyacente a la Calzada de los Muertos, y analizadas en los laboratorios de Apoyo Académico del INAH, se demuestra el uso de dicho elemento en la pintura mural de Teotihuacan. En el artículo siguiente, controversial en sí mismo, Roberto Velázquez Cabrera aborda el estudio de una ilmenita sonora cuya construcción y uso podría datar de hace unos tres mil años, aun cuando se trata de un hallazgo casual. Se proporciona amplia información sobre los análisis organológicos, lapidarios, acústicos y de señales, y se sugieren algunos posibles usos de acuerdo con sus propiedades sonoras. Pedro López García y Denisse Argote Espino presentan un método estadístico para la clasificación de materiales arqueológicos, basado en la lógica difusa. Además de presentar sus fundamentos teóricos y prácticos, para ilustrar la aplicación de este método se ofrecen dos ejemplos, y los resultados obtenidos se comparan con los que podrían obtenerse a partir de otros métodos de clasificación. En el siguiente texto, Ángel García Cook presenta algunos resultados sobre los trabajos de prospección arqueológica que se realizan desde 1997 en la mitad norte de la Cuenca de Oriental. El autor plantea una secuencia cultural en relación con el desarrollo ocupacional prehispánico en esta región; dedica más atención a, y se ofrece mayor documentación acerca de, las tres primeras fases culturales correspondientes al Formativo, mismas que relaciona en todo momento con la situación correspondiente a la gran ciudad de Cantona. En “‘Los Bailes’: un santuario para el culto a la fertilidad en la Sierra Gorda de Querétaro, México”, texto de María Teresa Muñoz Espinosa y J. Carlos Castañeda Reyes con que cerramos el listado de artículos de este número 40, se estudia el sitio arqueológico del mismo nombre y cuya organización arquitectónica recuerda la distribución de algunos sitios huastecos. Entre otras funciones —inferidas a partir de testimonios etnográficos actuales y la documentación histórica en torno a los antiguos habitantes de la Sierra Gorda—, se propone al sitio como centro cívico-religioso al que llegarían los habitantes de la región para realizar determinadas ceremonias relacionadas con el culto a la fertilidad. En las secciones de Noticias y de Archivo Técnico se ofrece información importante y de gran valía: el texto sobre un estudio estratigráfico comparativo realizado por Serafín Sánchez y Ricardo Leonel Cruz, así como el informe de César Lizardi Ramos sobre esculturas de Valle de Bravo, presentado y comentado por Francisco Rivas Castro. No quisiéramos concluir nuestra la presentación sin reiterar la invitación a colaborar con la revista Arqueología, para lo cual los trabajos remitidos deberán cumplir con los requisitos de publicación enunciados en la Invitación a los colaboradores.</p

    . 35. Arqueología

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    Esta entrega de la revista está dedicada casi en su totalidad a la investigación básica y presenta estudios arqueológicos recientes, de campo y de laboratorio que abarcan un amplio rango cronológico, desde el Formativo hasta el siglo XX, muestra el extenso espectro cronológico y temático de la investigación arqueológica en México y en el INAH. El primer trabajo es resultado de la cooperación entre especialistas en petrografía y arqueología, Robles y Oliveros, quienes analizan en ambas vertientes la lapidaria de las ofrendas funerarias de El Opeño, sus técnicas y materias primas y realizan inferencias sobre la organización de grupos del Formativo medio en el occidente de México. Enseguida, Grove nos ofrece un reporte sobre las estelas y plataformas rectangulares descubiertas en el área habitacional del Formativo al pie del cerro Chalcatzingo, en el sitio homónimo y discute brevemente su orientación y visibilidad en relación con la función ceremonial. La siguiente aportación, de Tovalín y Ortiz, es sobre el sitio poco conocido del Clásico de la región fronteriza del alto Usumacinta en Chiapas, denominado Primera Sección de Benemérito de las Américas. La comparación de los rasgos arquitectónicos e iconográficos en el ámbito local y regional lo hacen un trabajo sumamente interesante. Como parte de los resultados del Proyecto Norte de la Cuenca de Oriental, en Puebla, Gazzola discute el patrón de asentamiento y el arreglo regional durante el Epiclásico, centrándose, específicamente, en las estrategias desarrolladas en Cantona alrededor de la explotación y comercialización de la obsidiana en el ámbito local y supralocal. Centrado en el Epiclásico, pero en su proyección hacia el noreste mesoamericano, el magnífico trabajo de Gaxiola y Nelson trata del abastecimiento de obsidiana en Huapalcalco con base en la territorialidad y en los procesos de manufactura líticos, propone dos patrones diferenciados, uno adaptado a Huapalcalco y otro más propio de la “esfera Coyotlatelco”. Con un gran salto temporal y temático llegamos a la ciudad de México de los siglos XVII y XVIII, con el artículo de Salas, quien describe los ritos de profesión monacal de las comunidades religiosas femeninas, de las llamadas monjas coronadas, a partir de los contextos funerarios en los conventos de la Encarnación y de Santa Catalina de Sena. Nuevamente en la ciudad de México, pero en los siglos XIX y XX, está ubicado el trabajo de Guerrero y colaboradores, sobre un contexto arqueológico en el Centro Histórico que ha sido interpretado como un espacio ceremonial de las logias masónicas. Se nos ofrece una imagen poco común sobre esta sociedad secreta tan mitificada y se discuten algunas ideas sobre sus simbolismos De carácter arqueológico con referencias a la época actual, el artículo de José Jorge Cabrera y Salvador Pulido presenta un estudio sobre el juego del kuilichi en Michoacán. Se destaca su carácter indígena y las formas en que se ha impulsado su presencia en las comunidades. Para finalizar, el trabajo colectivo de De la Vega y colaboradores, a partir de la observación de la actual comunidad alfarera de Los Reyes Metzontla, reflexiona sobre la interdisciplinariedad y la validez de la analogía etnográfica, a la que recurrimos frecuentemente los arqueólogos y nos invita a una toma de conciencia sobre este proceso ontológico. Por último, queremos señalar que en la preparación de cada número se reciben observaciones de los propios dictaminadores, mismas que los editores discutimos y tratamos de aplicar, en la medida de lo posible, de forma inmediata. Sin embargo, nos es igualmente o más importante conocer las opiniones de los lectores, así que ponemos a su disposición nuestra dirección de correo electrónico, para el envío de sus sugerencias, las cuales nos ayudarán a mejorar cada día más la calidad y el nivel de la publicación. Nos resta insistir que ésta, su revista, existe en función de sus colaboraciones y se nutre de ellas; así que esperamos recibir muchos trabajos y les recomendamos aplicar las especificaciones de publicación, para que éstos se puedan ofrecer a la discusión académica con la mayor rapidez.</p
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