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Sobre los efectos de la crisis en la probabilidad individual de sufrir desempleo
Una de las consecuencias más preocupantes de la actual crisis económica ha sido la producida en el empleo. Así, se ha pasado de un máximo de 20,5 millones de ocupados en el tercer trimestre de 2007 a 17 millones al finalizar 2012, lo que representa una caída relativa de un 17% en la ocupación. En términos de PIB, el descenso ha sido más suave, 5 puntos porcentuales a precios constantes desde 2008. Esta caída del empleo conlleva graves consecuencias sociales, fiscales y de otros tipos. Pese a que el aumento del paro es generalizado en toda la población, existe bastante hetereogeneidad en la evolución reciente. Así, al inicio de la crisis la tasa femenina de desempleo casi doblaba a la masculina (10,5% frente a 6,1%). Sin embargo, el paro masculino creció mucho más rápido en la primera fase de la crisis, alcanzando ambos sexos tasas muy parecidas desde 2009. Disparidades similares aparecen según se considere el nivel de estudios de los trabajadores o su lugar de residencia.
Este trabajo pretende investigar los determinantes individuales del desempleo en los últimos años, con el fin de identificar a aquellos individuos que se enfrentan a mayores dificultades para encontrar un empleo. Para cumplir este objetivo, utilizamos datos de la EPA desde 2005 hasta 2012, estimando modelos de variable dependiente limitada para la probabilidad de que cada individuo se encuentre en paro y comparando la evolución de los resultados a lo largo del pasado reciente. Los resultados permitirán explicar la heterogeneidad observada en la evolución de las tasas de desempleo para distintos colectivos de interés de la población activa.Universidad de Málaga. Campus de Excelencia Internacional Andalucía Tech
Determinantes del desempleo en España durante la Gran Recesión
El desempleo es uno de los principales problemas de la economía Española, con una evolución notablemente peor en los últimos años que en el resto de países comparables. En septiembre de 2017, según datos de Eurostat, la tasa de paro española destacaba en el contexto europeo con un 16,5%, muy por encima de la media del 7,9%, y sólo por debajo de Grecia. Pese a una evolución positiva tras el máximo del 27% en 2013, la economía sigue lejos de la situación de 2007, antes del comienzo de la crisis, en la que el paro bajó hasta el 8,2% y se situaba apenas un punto por encima de la media europea. En cuanto a la tasa de empleo, sin embargo, la diferencia no es tan notable, siendo en España a mitad de 2017 de un 61,1%, frente a una media del 66,7%.
En este contexto, es interesante estudiar hasta qué punto las anormalmente altas tasas de paro responden a dificultades generalizadas para encontrar empleo para todos los trabajadores por igual, o si bien existen diferencias entre distintos grupos, de acuerdo a características como el nivel educativo, el género o la edad, entre otras. El presente trabajo analiza cómo las características individuales de los trabajadores afectan a la probabilidad de que estén parados frente a ocupados, y cómo tales efectos han evolucionado desde el comienzo de la crisis. Para ello, utilizamos datos de la EPA desde 2005 hasta 2017 para estimar modelos logit en los que la variable dependiente es un indicador de desempleo (frente a ocupación), estudiando la evolución de los resultados obtenidos en los distintos trimestres durante los últimos años. Los resultados permitirán identificar los grupos con mayores problemas de desempleo y qué colectivos han encontrado mayores dificultades relativas para acceder al empleo en los últimos años.Universidad de Málaga. Campus de Excelencia Internacional Andalucía Tec
Probabilidad individual de desempleo durante la Gran Recesión en España
El alto nivel de desempleo es uno de los principales problemas económicos de España, con una situación notablemente peor en los últimos años que en otros países desarrollados. En septiembre de 2017, según datos de Eurostat, la tasa de paro española destacaba en el contexto europeo con un 16,5%, muy por encima de la media del 7,9%, y sólo por debajo de la de Grecia. Pese a la evolución positiva tras el máximo del 27% en 2013, la economía sigue lejos de la situación de 2007, antes del comienzo de la crisis, en la que una tasa de paro del 8,2% se situaba apenas un punto por encima de la media europea. Las diferencias, sin embargo, son menores si se mide el rendimiento del mercado de trabajo mediante la tasa de empleo, que a mediados de 2017 era en España de un 61,1%, frente a una media del 66,7%.
Estos datos llevan a plantearse si esta elevada tasa de paro responde a dificultades generalizadas para encontrar empleo para todos los trabajadores por igual, o si bien existen diferencias entre distintos grupos, en función de características socioeconómicas como el nivel educativo, el género o la edad de los activos, entre otras. El presente trabajo utiliza datos de la EPA desde 2005 hasta 2017 para analizar cómo las características individuales de los trabajadores afectan a la probabilidad de que estén parados frente a ocupados, y cómo tales efectos han evolucionado desde el comienzo de la crisis. Los resultados permiten identificar los grupos con mayores problemas de desempleo y qué colectivos han encontrado mayores dificultades relativas para acceder al empleo en los últimos años.Universidad de Málaga. Campus de Excelencia Internacional Andalucía Tech
Una panorámica de género sobre la segregación laboral en España
El presente trabajo tiene como objetivo cuantificar el grado en que hombres y mujeres se encuentran segregados en el mercado laboral español; es decir, en qué medida los asalariados se concentran en empleos de distinta naturaleza en función de su sexo. La cuestión es interesante dentro del campo más amplio de las diferencias salariales de género, dado que distintas preferencias o una mayor discriminación en contra de la mujer en algunos empleos puede dar lugar a que éstas se concentren en determinados segmentos del mercado. A su vez, esto provocaría un exceso de oferta de trabajo en tales segmentos, que podría deprimir los salarios recibidos individualmente en los empleos más feminizados (hipótesis de concentración; Bergman, 1974).
Así, a partir de datos del Panel de Hogares de la Unión Europea (INE, 1994-2000), planteamos en primer lugar un análisis descriptivo del grado de segregación por género en ocupaciones y sectores de actividad en el mercado laboral español, investigando la remuneración promedio en las distintas categorías. Posteriormente, mediante la estimación de diversos modelos de ganancias, investigaremos en qué medida la tasa de feminización en las distintas ocupaciones y sectores de actividad se asocia a menores salarios individuales tanto para mujeres como hombres, contribuyendo a explicar, al menos en parte, el diferencial en salarios por género. Los resultados obtenidos, por tanto, supondrán una aportación a la literatura sobre discriminación salarial contra las mujeres en España.* Universidad de Málaga. Campus de Excelencia Internacional Andalucía Tech.
* Proyecto Indicadores Sociales (SEJ-157) de la Junta de Andalucía
Influencia del nivel educativo y otros co-determinantes en la probabilidad individual de sufrir desempleo
El desempleo es uno de los principales problemas de la economía Española, con una evolución del mercado de trabajo notablemente peor en los últimos años que en el resto de países comparables. La tasa de paro española destaca con un 17%, muy por encima de la media europea del 7,6%, y sólo por debajo de Grecia (Eurostat, datos para agosto de 2017). Pese a una evolución reciente positiva tras el máximo del 26% en 2013, la economía sigue lejos de la situación previa de 2007, antes del comienzo de la crisis, en la que el paro bajó hasta el 8,2% y se situaba apenas un punto por encima de la media Europea. Este anormal nivel de desempleo no se traduce en una diferencia tan acusada en cuanto a la tasa de empleo, que en España era a mitad de 2017 de un 61,1%, frente a una media del 66,7% en la UE.
En este contexto, es interesante estudiar hasta qué punto las anormalmente altas tasas de paro en España responden a dificultades generalizadas para encontrar empleo para todos los trabajadores por igual, o si bien existen diferencias entre distintos grupos, de acuerdo a características como el nivel educativo, el género o la edad, entre otras. El presente trabajo analiza cómo las características individuales de los trabajadores afectan a la probabilidad de que estén parados frente a ocupados, y cómo tales efectos han evolucionado desde el comienzo de la crisis en 2008. Para ello, utilizamos datos de la EPA desde 2005 hasta 2012 para estimar modelos logit en los que la variable dependiente es un indicador de desempleo (frente a ocupación), estudiando la evolución de los resultados obtenidos en los distintos trimestres durante los últimos años. Los resultados permitirán identificar los grupos con mayores problemas de desempleo y qué colectivos han encontrado mayores dificultades relativas para acceder al empleo en los últimos años.Universidad de Málaga. Campus de Excelencia Internacional Andalucía Tech