20 research outputs found

    EN LA CASA DE LIBIA: UNA MEDITACIÓN

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    Pueda que de los mitos griegos, Libia, en sus dimensiones simbólicas, es menos reconocido en la imaginación contemporánea. Sin embargo, sin narrativas de Libia, sería difícil inducir un número de lecciones de los cuales algunos de los peores aprietos han podido ser regulados. Por ejemplo, entre los descendientes de Libia se encuentran Cadmos y Europa, Jocasta y Oedipus, Antigone y Ismene. Libia no tiene entrada autónoma en un número de diccionarios populares de analectas míticas y religiosas. Esa ausencia es sorprendente. Una de las compañeras de Poseidón, el dios de mar, en la línea genealógica de la casa de Argos, Libia es una descendente directa de Zeus e Io, y, a través de Ephanus y Memphis, la abuela de Aegyptos y Danaos. Un personaje eponímico, Libia activa múltiples líneas figurativas. El nombre de la madre de Agenor y Belus también sirve para designaciones geográficas. En esta maniobra esta puesto como símbolo polisemico en las narrativas históricas y míticas. La interferencia pasó al latino, y esta bien atestiguada en los clásicos

    Within Silence: A Meditation

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    In Haiti or Chile, pre-moral or morally induced, any suffering of what has a paradigm’s contradiction la contradicción is always remembered. A part of the living world is an inquiry for what is, as the measure of human. “By these hands,” an adieu, see you later. A word is given this way. It recognizes an erasure, death as gift, a gift to life. Jacques Derrida describes the intelligence of Christianity in structuring signs of transition and rituals between life and death. In remembering the Haitian earthquake, sanctions the coherence of beliefs, and reverential keys to interacting universes. One might entreat a sign, the authority of a modest code, the mache chache, this symbol of a never ending inscription in the circle of life. And all bones in one’s body rejoice

    Theorizing black (African) transnational masculinities

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    Just as masculinity is crucial in the construction of nationhood, masculinity is also significant in the making and unmaking of transnational communities. This article focuses on how black African men negotiate and perform respectable masculinity in transnational settings such as the workplace, community and family. Moving away from conceptualizations of black transnational forms of masculinities as in perpetual crisis and drawing on qualitative data collected from members of the new African diaspora in London, the article explores the diverse ways notions of masculinity and gender identities are being challenged, re-affirmed and reconfigured. The article argues that men experience a loss of status as breadwinners and a rupture of their sense of masculine identity in the reconstruction of life in the diaspora. Conditions in the hostland, in particular, women's breadwinner status and the changing gender relations, threaten men’s ‘hegemonic masculinity’ and consequently force men to negotiate respectable forms of masculinity

    No silêncio: uma meditação

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    In Haiti or Chile, pre-moral or morally induced, any suffering of what has a paradigm’s contradiction la contradicción is always remembered. A part of the living world is an inquiry for what is, as the measure of human. “By these hands,” an adieu, see you later. A word is given this way. It recognizes an erasure, death as gift, a gift to life. Jacques Derrida describes the intelligence of Christianity in structuring signs of transition and rituals between life and death. In remembering the Haitian earthquake, sanctions the coherence of beliefs, and reverential keys to interacting universes. One might entreat a sign, the authority of a modest code, the mache chache, this symbol of a never ending inscription in the circle of life. And all bones in one’s body rejoice.En Haití o en Chile, pre-moral o moralmente inducido, cualquier sufrimiento de lo que ha sido la contradicción de un paradigma siempre se recuerda. Parte del mundo viviente es una pregunta por lo que es, como esta medida dada de lo humano. “Por estas manos”, un adieu, hasta luego. Se da una palabra de esta manera. Reconoce un borrón, la muerte como regalo, y un regalo a la vida. Jacques Derrida describe la inteligencia del cristianismo al estructurar signos y señales de transición entre la vida y la muerte. Recordar el terremoto chileno o haitiano aprueba la coherencia de las creencias, y las claves reverenciales a los universos en interacción. Podría suplicar una señal, la autoridad de un modesto código, el mache chache, es símbolo de una inscripción interminable en el círculo de la vida. Y todos los huesos del cuerpo se regocijan.No Haiti ou no Chile, pré-moral ou moralmente induzido, qualquer sofrimento sobre o que tem sido a contradição de um paradigma sempre se é lembrado. Parte do mundo vivente é uma pergunta sobre o que é, como se fosse a medida do humano. “Por estas mãos”, um adieu, até logo. Dá-se uma palavra dessa maneira. Reconhece-se assim um borrão, a morte como presente, e um presente à vida. Jacques Derrida descreve a inteligência do cristianismo ao estruturar signos e sinais de transição entre a vida e a morte. Ao lembrarse do terremoto chileno ou haitiano sanciona-se a coerência das crenças, e das chaves reverenciais aos universos em interação. Poderia suplicar-se um sinal, a autoridade de um modesto código, o mache chache, esse símbolo de uma inscrição interminável no círculo da vida. E todos os ossos do corpo regozijam-s

    En el silencio: una meditación

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    En Haití o en Chile, pre-moral o moralmente inducido, cualquier sufrimiento de lo que ha sido la contradicción de un paradigma siempre se recuerda. Parte del mundo viviente es una pregunta por lo que es, como esta medida dada de lo humano. Por estas manos , un adieu, hasta luego. Se da una palabra de esta manera. Reconoce un borrón, la muerte como regalo, y un regalo a la vida. Jacques Derrida describe la inteligencia del cristianismo al estructurar signos y señales de transición entre la vida y la muerte. Recordar el terremoto chileno o haitiano aprueba la coherencia de las creencias, y las claves reverenciales a los universos en interacción. Podría suplicar una señal, la autoridad de un modesto código, el mache chache, es símbolo de una inscripción interminable en el círculo de la vida. Y todos los huesos del cuerpo se regocijan

    No silêncio: uma meditação

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    In Haiti or Chile, pre-moral or morally induced, any suffering of what has a paradigm’s contradiction la contradicción is always remembered. A part of the living world is an inquiry for what is, as the measure of human. “By these hands,” an adieu, see you later. A word is given this way. It recognizes an erasure, death as gift, a gift to life. Jacques Derrida describes the intelligence of Christianity in structuring signs of transition and rituals between life and death. In remembering the Haitian earthquake, sanctions the coherence of beliefs, and reverential keys to interacting universes. One might entreat a sign, the authority of a modest code, the mache chache, this symbol of a never ending inscription in the circle of life. And all bones in one’s body rejoice.En Haití o en Chile, pre-moral o moralmente inducido, cualquier sufrimiento de lo que ha sido la contradicción de un paradigma siempre se recuerda. Parte del mundo viviente es una pregunta por lo que es, como esta medida dada de lo humano. “Por estas manos”, un adieu, hasta luego. Se da una palabra de esta manera. Reconoce un borrón, la muerte como regalo, y un regalo a la vida. Jacques Derrida describe la inteligencia del cristianismo al estructurar signos y señales de transición entre la vida y la muerte. Recordar el terremoto chileno o haitiano aprueba la coherencia de las creencias, y las claves reverenciales a los universos en interacción. Podría suplicar una señal, la autoridad de un modesto código, el mache chache, es símbolo de una inscripción interminable en el círculo de la vida. Y todos los huesos del cuerpo se regocijan.No Haiti ou no Chile, pré-moral ou moralmente induzido, qualquer sofrimento sobre o que tem sido a contradição de um paradigma sempre se é lembrado. Parte do mundo vivente é uma pergunta sobre o que é, como se fosse a medida do humano. “Por estas mãos”, um adieu, até logo. Dá-se uma palavra dessa maneira. Reconhece-se assim um borrão, a morte como presente, e um presente à vida. Jacques Derrida descreve a inteligência do cristianismo ao estruturar signos e sinais de transição entre a vida e a morte. Ao lembrarse do terremoto chileno ou haitiano sanciona-se a coerência das crenças, e das chaves reverenciais aos universos em interação. Poderia suplicar-se um sinal, a autoridade de um modesto código, o mache chache, esse símbolo de uma inscrição interminável no círculo da vida. E todos os ossos do corpo regozijam-s
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