4 research outputs found
Jealousy and Infidelity among Mexican Couples
Gender differences in jealously have been traced back to both socio-cultural, as well as to evolutionary sources. The evolutionary approach predicts similar gender differences to be found in all cultures. Socio-cultural explanations, however, suggest that the patterns of gender differences may be culture-specific. The current study investigated gender differences in the relations between jealousy and infidelity in Mexico. 537 participants (248 men; 289 women) filled out an inventory of jealousy and infidelity, respectively. The results show first a positive relationship among infidelity, anger, fear, suspicion, frustration and distrust. Second, the data reveal a clear gender difference in that men desired sexual and emotional infidelity relationships more often than women. These findings are discussed regarding the importance of culture
El conflicto como un predictor de la infidelidad
El estudio tuvo como objetivos, conocer la relación entre el conflicto y la infidelidad (Platt, Nalbone, Casanova & Wetchler, 2008; Sánchez & Cortes, 1996), y evaluar que tanto el conflicto predice la infidelidad (Platt, Nalbone, Casanova & Wetchler, 2008). Se contó con 903 participantes voluntarios, 412 hombres y 491 mujeres. Se aplicaron tres instrumentos, la Escala de Conflicto (Rivera, Cruz, Arnaldo & Díaz-Loving, 200), la Escala de Conducta Infiel (Romero, Rivera & Díaz Loving, 2007) y la Escala de Consecuencias de la Infidelidad (Romero, Rivera & Díaz Loving, 2007). Los resultados muestran por un lado, que en general el conflicto y la infidelidad están relacionados tanto en hombres como en mujeres; y por otro, que cuando las personas tienen conflictos por celos, relaciones sexuales, los hijos y las actividades propias y de la pareja, es más probable que se involucren en una relación infiel ya sea a nivel sexual o emocional
Recomendaciones para el uso racional de la prueba 25-hidroxi vitamina D Policy Brief
El incremento exponencial en la solicitud de pruebas de laboratorio de 25-Hidroxivitamina D o [25(OH)D ha encendido las alarmas y generado un fuerte llamado de atención, dado que puede reflejar falencias en la estandarización de la práctica clínica y en el uso no sistemático de la evidencia científica para la toma de decisiones en la vida real, que permitan analizar las indicaciones de la prueba, su frecuencia, interpretación e incluso para valorar el impacto para los sistemas de salud, especialmente cuando se contrasta con los mínimos o casi nulos efectos de la estrategia de tamizar o suplir indiscriminadamente a la población general, sin considerar una evaluación clínica integral de riesgos y necesidades de las personas.
Desde un punto de vista meramente de impacto en salud pública, la consecuencia de solicitudes masivas y no indicadas, están afectando a la mayoría de los sistemas e instituciones de salud a nivel global. Los estudios primarios que determinaban valores de ingesta promedio poblacional, han sido ampliamente utilizados en la formulación de recomendaciones en Guías de Práctica Clínica (GPC), pero lastimosamente interpretados de forma errónea como puntos de corte para diagnosticar enfermedad y permitir la exagerada prescripción de esquemas de suplencia.
El coeficiente de variación en los ensayos de rutina para medir niveles sanguíneos de 25(OH)D3 es alto (28%), disminuyendo la precisión global de la prueba y de forma simultánea, incrementando tanto los valores falsamente altos como falsamente bajos. La evidencia científica más reciente, analiza y cuestiona seriamente, la utilidad y el efecto real de la práctica masiva e indiscriminada de prescribir vitamina D sin un análisis exhaustivo de riesgo. La evidencia disponible es insuficiente para recomendar de forma general la suplencia de vitamina D para prevenir fracturas, caídas, cambios en la densidad mineral ósea, incidencia de enfermedades cardiovasculares, enfermedad cerebrovascular, neoplasias y tampoco en modificar la curva de crecimiento de hijos de madres que recibieron vitamina D como suplencia durante la gestación.
Las recomendaciones presentadas en el documento se sustentan en el análisis crítico de la evidencia actual y en los principios de buenas prácticas clínicas e invitan a considerar un uso racional de las pruebas de 25(OH)D en el contexto de una práctica clínica centrada en las personas y una evaluación integral de necesidades y riesgos. Los principios de buena práctica sugieren que los clínicos puedan ser capaces de justificar que los resultados de la prueba de 25(OH)D influyen de manera contundente y definida la práctica clínica y modifican los desenlaces que interesan a las personas e impactan en su salud y bienestar. En la actualidad no hay claridad de cómo interpretar los resultados, y la relación entre los síntomas y los niveles de 25(OH)D, la cual, podría no ser consistente con la alta prevalencia de deficiencia de vitamina D reportada. Por tal razón, se sugiere revisar la racionalidad de la solicitud de pruebas para monitoreo sistemático de niveles de 25(OH)D o en todos los casos donde se realiza suplencia. Considerar el uso de las pruebas de 25(OH)D dentro de la evaluación integral de personas con sospecha o confirmación de las siguientes condiciones: raquitismo, osteomalacia, osteoporosis, híper o hipo paratiroidismo, síndromes de mala absorción, sarcopenia, enfermedad ósea metabólica
Dietary inflammatory index and all-cause mortality in large cohorts: The SUN and PREDIMED studies
[Background]: Inflammation is known to be related to the leading causes of death including cardiovascular disease, several types of cancer, obesity, type 2 diabetes, depression-suicide and other chronic diseases. In the context of whole dietary patterns, the Dietary Inflammatory Index (DII®) was developed to appraise the inflammatory potential of the diet.
[Objective]: We prospectively assessed the association between DII scores and all-cause mortality in two large Spanish cohorts and valuated the consistency of findings across these two cohorts and results published based on other cohorts.[Design]: We assessed 18,566 participants in the “Seguimiento Universidad de Navarra” (SUN) cohort followed-up during 188,891 person-years and 6790 participants in the “PREvencion con DIeta MEDiterránea” (PREDIMED) randomized trial representing 30,233 person-years of follow-up. DII scores were calculated in both cohorts from validated FFQs. Higher DII scores corresponded to more proinflammatory diets. A total of 230 and 302 deaths occurred in SUN and PREDIMED, respectively. In a random-effect meta-analysis we included 12 prospective studies (SUN, PREDIMED and 10 additional studies) that assessed the association between DII scores and all-cause mortality.[Results]: After adjusting for a wide array of potential confounders, the comparison between extreme quartiles of the DII showed a positive and significant association with all-cause mortality in both the SUN (hazard ratio [HR] = 1.85; 95% CI: 1.15, 2.98; P-trend = 0.004) and the PREDIMED cohort (HR = 1.42; 95% CI: 1.00, 2.02; P-trend = 0.009). In the meta-analysis of 12 cohorts, the DII was significantly associated with an increase of 23% in all-cause mortality (95% CI: 16%–32%, for the highest vs lowest category of DII).[Conclusion]: Our results provide strong and consistent support for the hypothesis that a pro-inflammatory diet is associated with increased all-cause mortality. The SUN cohort and PREDIMED trial were registered at clinicaltrials.gov as NCT02669602 and at isrctn.com as ISRCTN35739639, respectively.Supported by the official funding agency for biomedical research of the Spanish Government, Instituto de Salud Carlos III (ISCIII), through grants provided to research networks specifically developed for the trial (RTIC G03/140, to R.E.; RTIC RD 06/0045, to Miguel A. Martínez-González) and through Centro de Investigación Biomédica en Red de Fisiopatología de la Obesidad y Nutrición (CIBERobn), and by grants from Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC 06/2007), Fondo de Investigación Sanitaria–Fondo Europeo de Desarrollo Regional (Proyecto de Investigación (PI) 04-2239, PI 05/2584, CP06/00100, PI07/0240, PI07/1138, PI07/0954, PI 07/0473, PI10/01407, PI10/02658, PI11/01647, P11/02505, PI13/00462, PI13/00615, PI13/01090, PI14/01668, PI14/01798, PI14/01764), Ministerio de Ciencia e Innovación (Recursos y teconologia agroalimentarias(AGL)-2009-13906-C02 and AGL2010-22319-C03 and AGL2013-49083-C3-1- R), Fundación Mapfre 2010, the Consejería de Salud de la Junta de Andalucía (PI0105/2007), the Public Health Division of the Department of Health of the Autonomous Government of Catalonia, Generalitat Valenciana (Generalitat Valenciana Ayuda Complementaria (GVACOMP) 06109, GVACOMP2010-181, GVACOMP2011-151), Conselleria de Sanitat y, PI14/01764 AP; Atención Primaria (CS) 2010-AP-111, and CS2011-AP-042), and Regional Government of Navarra (P27/2011).). Drs. Shivappa and Hébert were supported by grant number R44DK103377 from the United States National Institute of Diabetes and Digestive and Kidney Diseases