9 research outputs found

    Trasplante renal

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    The kidney transplant is the therapy of choice for the majority of the causes of chronic terminal kidney insufficiency, because it improves the quality of life and survival in comparison with dialysis. A kidney transplant from a live donor is an excellent alternative for the young patient in a state of pre-dialysis because it offers the best results. Immunosuppressive treatment must be individualised, seeking immunosuppressive synergy and the best safety profile, and must be adapted to the different stages of the kidney transplant. In the follow-up to the kidney transplant, cardiovascular risk factors and tumours must be especially taken into account, given that the death of the patient with a working graft is the second cause of loss of the graft following the first year of the transplant. The altered function of the graft is a factor of independent cardiovascular mortality that will require follow- up and the control of all its complications to postpone the entrance in dialysis

    Multiparametric renal magnetic resonance imaging: A reproducibility study in renal allografts with stable function

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    Monitoring renal allograft function after transplantation is key for the early detection of allograft impairment, which in turn can contribute to preventing the loss of the allograft. Multiparametric renal MRI (mpMRI) is a promising noninvasive technique to assess and characterize renal physiopathology; however, few studies have employed mpMRI in renal allografts with stable function (maintained function over a long time period). The purposes of the current study were to evaluate the reproducibility of mpMRI in transplant patients and to characterize normal values of the measured parameters, and to estimate the labeling efficiency of Pseudo-Continuous Arterial Spin Labeling (PCASL) in the infrarenal aorta using numerical simulations considering experimental measurements of aortic blood flow profiles. The subjects were 20 transplant patients with stable kidney function, maintained over 1 year. The MRI protocol consisted of PCASL, intravoxel incoherent motion, and T1 inversion recovery. Phase contrast was used to measure aortic blood flow. Renal blood flow (RBF), diffusion coefficient (D), pseudo-diffusion coefficient (D*), flowing fraction ( f ), and T1 maps were calculated and mean values were measured in the cortex and medulla. The labeling efficiency of PCASL was estimated from simulation of Bloch equations. Reproducibility was assessed with the within-subject coefficient of variation, intraclass correlation coefficient, and Bland-Altman analysis. Correlations were evaluated using the Pearson correlation coefficient. The significance level was p less than 0.05. Cortical reproducibility was very good for T1, D, and RBF, moderate for f , and low for D*, while medullary reproducibility was good for T1 and D. Significant correlations in the cortex between RBF and f (r = 0.66), RBF and eGFR (r = 0.64), and D* and eGFR (r = -0.57) were found. Normal values of the measured parameters employing the mpMRI protocol in kidney transplant patients with stable function were characterized and the results showed good reproducibility of the techniques

    Burden and challenges of heart failure in patients with chronic kidney disease. A call to action

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    Patients with the dual burden of chronic kidney disease (CKD) and chronic congestive heart failure (HF) experience unacceptably high rates of symptom load, hospitalization, and mortality. Currently, concerted efforts to identify, prevent and treat HF in CKD patients are lacking at the institutional level, with emphasis still being placed on individual specialty views on this topic. The authors of this review paper endorse the need for a dedicated cardiorenal interdisciplinary team that includes nephrologists and renal nurses and jointly manages appropriate clinical interventions across the inpatient and outpatient settings. There is a critical need for guidelines and best clinical practice models from major cardiology and nephrology professional societies, as well as for research funding in both specialties to focus on the needs of future therapies for HF in CKD patients. The implementation of crossspecialty educational programs across all levels in cardiology and nephrology will help train future specialists and nurses who have the ability to diagnose, treat, and prevent HF in CKD patients in a precise, clinically effective, and cost-favorable manner.Los pacientes con enfermedad renal crónica (ERC) que desarrollan insuficiencia cardíaca (IC) congestiva crónica presentan cifras inaceptablemente altas de síntomas, hospitalización y mortalidad. Actualmente, se echan en falta iniciativas institucionales dirigidas a identificar, prevenir y tratar la IC en los pacientes con ERC de manera multidisciplinar, prevaleciendo las actuaciones de las especialidades individuales. Los autores de este artículo de revisión respaldan la necesidad de crear equipos multidisciplinares cardiorrenales, en los que participen nefrólogos y enfermeras renales, que gestionen colaborativamente las intervenciones clínicas apropiadas en los entornos de pacientes con ERC e IC hospitalizados y ambulatorios. Es necesario y urgente que se elaboren guías y modelos de práctica clínica sobre la ERC con IC por parte de las sociedades profesionales de cardiología y nefrología, así como financiación para la investigación concertada entre ambas especialidades sobre la necesidad de futuros tratamientos para la IC en pacientes con ERC. La implementación de programas educativos cardiorrenales a todos los niveles en cardiología y nefrología ayudará a formar a los futuros especialistas y enfermeras para que tengan la capacidad de diagnosticar, tratar y prevenir la IC en pacientes con ERC de manera precisa, clínicamente efectiva y económicamente favorabl

    Nefropatía inducida por contraste intravenoso: eficacia comparativa en la prevención de la aplicación de un protocolo de hidratación intravenosa (iv) y oral

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    Introducción: La Nefropatía Inducida por Contraste (NIC) es una causa frecuente de fallo renal que se asocia a una estancia hospitalaria más prolongada y aumento de la morbilidad y mortalidad. Evaluamos en una población de riesgo bajo de desarrollar NIC, la eficacia en la prevención de un protocolo de hidratación oral vs intravenosa, y analizamos la utilidad de biomarcadores en su detección precoz. Material y métodos: Estudio aleatorizado, controlado y unicéntrico en el que se incluyeron 130 pacientes (62,3% hombres), que fueron asignados a recibir 3 mL/kg/h intravenoso (iv) de Bicarbonato sódico 1/6 M 1 hora antes de la administración del contraste (n = 43), 75 mL/10 kg de peso vía oral de una solución comercial de Citrato repartido en 4 tomas durante las 4 h previas a la administración del contraste (n = 43), o no hidratación específica (n = 44). Biomarcadores analizados: creatinina y cistatina C (pre- y 24 h post-), Neutrophil Gelatinase- Associated Lipocalin (pre- y 4 h post-) en suero y en orina, interleuquina-8 (pre- y 12 h post-) en suero y en orina, Superóxido dismutasa (pre- y 4 h post-) en suero, isoprostanos (pre- y 12 h post-) en orina, cardiotrofina-1 (pre-, 4 h y 12 h post) en suero y orina, además de creatinina en orina (pre-, 4 h y 12 h post-) para corrección de todos los parámetros urinarios. En 10 pacientes de cada grupo se analizó la actividad de la Nicotinamida Adenina Dinucleótido Fosfato (NADPH) oxidasa en monocitos (pre, 4 h y 24 h post-). Resultados: La incidencia de NIC fue de 9,2% en la población total sin diferencias entre los 3 grupos de hidratación (7% en el grupo iv, 11,6% en el grupo oral y 9,1% en el grupo sin hidratación específica). No hubo diferencias significativas en el cambio de los biomarcadores por grupo de hidratación. El cociente cistatina C/creatinina basal fue un buen predictor del desarrollo de NIC a las 24 h (AUC: 0,76; 95% IC: 0,64-0,88) y con un valor de 0,95 mg/L/mg/dL la sensibilidad fue de 91,7%. Se observó un descenso significativo (p<0,001) de creatinina y del cociente cardiotrofina-1/creatinina en orina a las 4-12 h de la administración de contraste en la población total (n = 130). Conclusiones: En una población de bajo riesgo (excluidos diabéticos y pacientes con enfermedad renal crónica), el efecto de hidratación oral fue comparable a la iv en la incidencia de NIC y sin cambios significativos en los biomarcadores de daño renal analizados. El cociente cistatina C/creatinina basal parece ser un buen predictor del desarrollo de NIC. El descenso de la creatinina y del cociente cardiotrofina-1/creatinina urinarios podrían reflejar la vasoconstricción asociada al contraste iv

    Nefropatía inducida por contraste intravenoso: eficacia comparativa en la prevención de la aplicación de un protocolo de hidratación intravenosa (iv) y oral

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    Introducción: La Nefropatía Inducida por Contraste (NIC) es una causa frecuente de fallo renal que se asocia a una estancia hospitalaria más prolongada y aumento de la morbilidad y mortalidad. Evaluamos en una población de riesgo bajo de desarrollar NIC, la eficacia en la prevención de un protocolo de hidratación oral vs intravenosa, y analizamos la utilidad de biomarcadores en su detección precoz. Material y métodos: Estudio aleatorizado, controlado y unicéntrico en el que se incluyeron 130 pacientes (62,3% hombres), que fueron asignados a recibir 3 mL/kg/h intravenoso (iv) de Bicarbonato sódico 1/6 M 1 hora antes de la administración del contraste (n = 43), 75 mL/10 kg de peso vía oral de una solución comercial de Citrato repartido en 4 tomas durante las 4 h previas a la administración del contraste (n = 43), o no hidratación específica (n = 44). Biomarcadores analizados: creatinina y cistatina C (pre- y 24 h post-), Neutrophil Gelatinase- Associated Lipocalin (pre- y 4 h post-) en suero y en orina, interleuquina-8 (pre- y 12 h post-) en suero y en orina, Superóxido dismutasa (pre- y 4 h post-) en suero, isoprostanos (pre- y 12 h post-) en orina, cardiotrofina-1 (pre-, 4 h y 12 h post) en suero y orina, además de creatinina en orina (pre-, 4 h y 12 h post-) para corrección de todos los parámetros urinarios. En 10 pacientes de cada grupo se analizó la actividad de la Nicotinamida Adenina Dinucleótido Fosfato (NADPH) oxidasa en monocitos (pre, 4 h y 24 h post-). Resultados: La incidencia de NIC fue de 9,2% en la población total sin diferencias entre los 3 grupos de hidratación (7% en el grupo iv, 11,6% en el grupo oral y 9,1% en el grupo sin hidratación específica). No hubo diferencias significativas en el cambio de los biomarcadores por grupo de hidratación. El cociente cistatina C/creatinina basal fue un buen predictor del desarrollo de NIC a las 24 h (AUC: 0,76; 95% IC: 0,64-0,88) y con un valor de 0,95 mg/L/mg/dL la sensibilidad fue de 91,7%. Se observó un descenso significativo (p<0,001) de creatinina y del cociente cardiotrofina-1/creatinina en orina a las 4-12 h de la administración de contraste en la población total (n = 130). Conclusiones: En una población de bajo riesgo (excluidos diabéticos y pacientes con enfermedad renal crónica), el efecto de hidratación oral fue comparable a la iv en la incidencia de NIC y sin cambios significativos en los biomarcadores de daño renal analizados. El cociente cistatina C/creatinina basal parece ser un buen predictor del desarrollo de NIC. El descenso de la creatinina y del cociente cardiotrofina-1/creatinina urinarios podrían reflejar la vasoconstricción asociada al contraste iv

    Multiparametric renal magnetic resonance imaging: A reproducibility study in renal allografts with stable function

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    Monitoring renal allograft function after transplantation is key for the early detection of allograft impairment, which in turn can contribute to preventing the loss of the allograft. Multiparametric renal MRI (mpMRI) is a promising noninvasive technique to assess and characterize renal physiopathology; however, few studies have employed mpMRI in renal allografts with stable function (maintained function over a long time period). The purposes of the current study were to evaluate the reproducibility of mpMRI in transplant patients and to characterize normal values of the measured parameters, and to estimate the labeling efficiency of Pseudo-Continuous Arterial Spin Labeling (PCASL) in the infrarenal aorta using numerical simulations considering experimental measurements of aortic blood flow profiles. The subjects were 20 transplant patients with stable kidney function, maintained over 1 year. The MRI protocol consisted of PCASL, intravoxel incoherent motion, and T1 inversion recovery. Phase contrast was used to measure aortic blood flow. Renal blood flow (RBF), diffusion coefficient (D), pseudo-diffusion coefficient (D*), flowing fraction ( f ), and T1 maps were calculated and mean values were measured in the cortex and medulla. The labeling efficiency of PCASL was estimated from simulation of Bloch equations. Reproducibility was assessed with the within-subject coefficient of variation, intraclass correlation coefficient, and Bland-Altman analysis. Correlations were evaluated using the Pearson correlation coefficient. The significance level was p less than 0.05. Cortical reproducibility was very good for T1, D, and RBF, moderate for f , and low for D*, while medullary reproducibility was good for T1 and D. Significant correlations in the cortex between RBF and f (r = 0.66), RBF and eGFR (r = 0.64), and D* and eGFR (r = -0.57) were found. Normal values of the measured parameters employing the mpMRI protocol in kidney transplant patients with stable function were characterized and the results showed good reproducibility of the techniques

    Burden and challenges of heart failure in patients with chronic kidney disease. A call to action

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    Patients with the dual burden of chronic kidney disease (CKD) and chronic congestive heart failure (HF) experience unacceptably high rates of symptom load, hospitalization, and mortality. Currently, concerted efforts to identify, prevent and treat HF in CKD patients are lacking at the institutional level, with emphasis still being placed on individual specialty views on this topic. The authors of this review paper endorse the need for a dedicated cardiorenal interdisciplinary team that includes nephrologists and renal nurses and jointly manages appropriate clinical interventions across the inpatient and outpatient settings. There is a critical need for guidelines and best clinical practice models from major cardiology and nephrology professional societies, as well as for research funding in both specialties to focus on the needs of future therapies for HF in CKD patients. The implementation of crossspecialty educational programs across all levels in cardiology and nephrology will help train future specialists and nurses who have the ability to diagnose, treat, and prevent HF in CKD patients in a precise, clinically effective, and cost-favorable manner.Los pacientes con enfermedad renal crónica (ERC) que desarrollan insuficiencia cardíaca (IC) congestiva crónica presentan cifras inaceptablemente altas de síntomas, hospitalización y mortalidad. Actualmente, se echan en falta iniciativas institucionales dirigidas a identificar, prevenir y tratar la IC en los pacientes con ERC de manera multidisciplinar, prevaleciendo las actuaciones de las especialidades individuales. Los autores de este artículo de revisión respaldan la necesidad de crear equipos multidisciplinares cardiorrenales, en los que participen nefrólogos y enfermeras renales, que gestionen colaborativamente las intervenciones clínicas apropiadas en los entornos de pacientes con ERC e IC hospitalizados y ambulatorios. Es necesario y urgente que se elaboren guías y modelos de práctica clínica sobre la ERC con IC por parte de las sociedades profesionales de cardiología y nefrología, así como financiación para la investigación concertada entre ambas especialidades sobre la necesidad de futuros tratamientos para la IC en pacientes con ERC. La implementación de programas educativos cardiorrenales a todos los niveles en cardiología y nefrología ayudará a formar a los futuros especialistas y enfermeras para que tengan la capacidad de diagnosticar, tratar y prevenir la IC en pacientes con ERC de manera precisa, clínicamente efectiva y económicamente favorabl

    Kidney transplant from controlled donors following circulatory death: Results from the GEODAS-3 multicentre study

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    INTRODUCTION: Many European countries have transplant programmes with controlled donors after cardiac death (cDCD). Twenty-two centres are part of GEODAS group. We analysed clinical results from a nephrological perspective. METHODS: Observational, retrospective and multicentre study with systematic inclusion of all kidney transplant recipients from cDCD, following local protocols regarding extraction and immunosuppression. RESULTS: A total of 335 cDCD donors (mean age 57.2 years) whose deaths were mainly due to cardiovascular events were included. Finally, 566 recipients (mean age 56.5 years; 91.9% first kidney transplant) were analysed with a median of follow-up of 1.9 years. Induction therapy was almost universal (thymoglobulin 67.4%; simulect 32.8%) with maintenance with prednisone-MMF-tacrolimus (91.3%) or combinations with mTOR (6.5%). Mean cold ischaemia time (CIT) was 12.3h. Approximately 3.4% (n=19) of recipients experienced primary non-function, essentially associated with CIT (only CIT ≥ 14 h was associated with primary non-function). Delayed graft function (DGF) was 48.8%. DGF risk factors were CIT ≥ 14 h OR 1.6, previous haemodialysis (vs. peritoneal dialysis) OR 2.1 and donor age OR 1.01 (per year). Twenty-one patients (3.7%) died with a functioning graft, with a recipient and death-censored graft survival at 2-years of 95% and 95.1%, respectively. The estimated glomerular filtration rate at one year of follow-up was 60.9 ml/min. CONCLUSIONS: CIT is a modifiable factor for improving the incidence of primary non-function in kidney transplant arising from cDCD. cDCD kidney transplant recipients have higher delayed graft function rate, but the same patient and graft survival compared to brain-dead donation in historical references. These results are convincing enough to continue fostering this type of donation
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