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    Unidad de muestreo para determinar la variabilidad espacial de la superficie quemada por incendios forestales

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    Las estrategias contra incendios forestales se dirigen a áreas prioritarias, determinadas cartográficamente con base en criterios como el peligro de incendio (inicio, propagación, dificultad de control e impacto). Lo anterior se refleja, entre otras cosas, en la superficie que llega a quemarse. De acuerdo a esto, puede considerarse la superficie quemada como un criterio de soporte para definir áreas prioritarias de protección contra incendios forestales. Sin embargo, los procesos para conocer su variación espacial deben estar estandarizados, de lo contario puede implicar una falta de correspondencia de sus estimaciones entre diferentes zonas. Para ello, entre otros aspectos, se tiene que establecer una unidad de muestreo común, para obtener información comparable y compatible. En ese contexto, el objetivo del presente trabajo fue determinar un tamaño de unidad de muestreo que permita captar la variabilidad espacial de la superficie quemada por incendios forestales. Se analizaron sitios de referencia (SIR), y consideraron: a) cuatro intensidades de muestreo (100, 300, 500 y 1 000 sitios); y b) doce tamaños de SIR (1, 2, 4, 8, 10, 15, 30, 50, 70, 100, 150 y 200 km2). Se calculó la superficie quemada promedio en cada SIR, con base a partir de la información de incendios del período 2005-2015, en el estado de Jalisco. La variabilidad de la superficie promedio incendiada disminuyó a medida que aumentaba el tamaño del SIR, hasta alcanzar un comportamiento asintótico. Dado que los datos no presentaron una distribución normal, la prueba Kruskal-Wallis demostró que existe diferencia significativa entre los tamaños de SIR. Un análisis entre pares de muestras independientes (prueba Mann-Whitney), evidenció diferencias entre los tamaños de SIR vecinos en el área de inicio de la asíntota. Finalmente, del SIR de 100 km2 resultó el tamaño de la unidad de muestreo común, para la generación de cartografía de la variabilidad espacial de la superficie quemada por incendios forestales

    Actualización del sistema para el cálculo de combustibles forestales (SICCO v3.0)

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    Los problemas que enfrentan los bosques son muy diversos, de ellos, los incendios es uno de los más importantes. Para que un evento de estos ocurra se requiere de tres factores básicos: material combustible, condiciones ambientales favorables y un elemento de inicio. El combustible es de especial importancia, debido a que determina, en gran medida, el peligro de siniestros catastróficos. En el programa de incendios forestales del INIFAP se ha desarrollado una herramienta que estima la cantidad de combustibles en una unidad de área, de forma rápida, práctica y sencilla, denominada Sistema para el Cálculo de Combustibles forestales (SICCO). Este se fundamenta en la metodología basada en intersecciones planares, para el levantamiento de combustibles forestales. La nueva versión del SICCO permite actualizaciones dinámicas de información referentes a gravedad específica, densidad aparente y diámetro cuadrático promedio, mediante el uso de bases de datos relacionales. Cuenta con librerías que extraen dicha información desde bases de datos contenidas en el mismo sistema, mediante las coordenadas de ubicación de las zonas de estudio. De igual forma, el usuario está en posibilidad de personalizar esos valores acorde a sus necesidades específicas. Con el SICCO es posible estimar cargas de combustibles forestales de manera sencilla y transparente. Así, los usuarios, concentran más sus esfuerzos en la calidad de los datos recolectados, que en el uso de las ecuaciones y procesos requeridos para los cálculos de los pesos por unidad de área

    Dinámica de la biomasa aérea derivada de un programa de reforestación en San Luis Potosí

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    determinó el impacto del programa de reforestación ejecutado por la Comisión Nacional Forestal en la Unidad de Manejo Forestal 2404. Para realizar este análisis se calculó la diferencia en la cantidad de biomasa aérea existente en el año 2000, 2010 y el 2015. Para la biomasa se desarrolló un modelo que relaciona la información de imágenes de satélite con la obtenida en campo. Se utilizaron imágenes Landsat 5 TM para los años 2000 y 2010 y Landsat 8 OLI para 2015. En ellas se generó el Índice de vegetación de diferencia normalizada (NDVI). Posteriormente se estimó la cantidad de biomasa de las especies registradas en 44 conglomerados del Inventario Nacional Forestal y de Suelos empleando ecuaciones alométricas. Para determinar la relación entre los datos obtenidos entre ambos métodos se calculó el coeficiente de correlación de Pearson (0.69, 0.65 y 0.64, para 2000, 2010 y 2015, respectivamente). Con estos datos se probaron tres tipos de modelos: lineal, exponencial y polinomial de segundo orden para cada año, seleccionando el modelo polinomial para modelar la biomasa en los tres años. Con la aplicación del modelo en los mosaicos de imágenes en los tres periodos, se obtuvo que de 2000 a 2015 hubo un incremento importante tanto en la cantidad de biomasa como en el área con vegetación. Se concluye que el programa de reforestación si ha tenido impacto positivo en la zona de estudio
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