5 research outputs found

    A patient self-made point-of-care fecal test improves diagnostic accuracy compared with fecal calprotectin alone in inflammatory bowel disease patients

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    Background: Monitoring inflammatory bowel disease patients may be challenging. Fecal calprotectin is one of the most performed tests. Other fecal biomarkers are less used in clinical practice. Rapid fecal tests that could be performed by patients may be a useful strategy to closely monitor disease activity. Methods: We performed a prospective observational study including consecutive inflammatory bowel disease patients referred for colonoscopy in a single center. Certest FOB + Transferrin + Calprotectin + Lactoferrin® (Certest Biotec S.L, Zaragoza, Spain), a one-step point-of-care test which simultaneously detects these four biomarkers was performed. Endoscopic inflammatory activity was defined using the Mayo score (=1) in ulcerative colitis, SES-CD (>3) and Rutgeerts scores (=1) for Crohn’s disease. Results: Out of a total of 106 patients (56.5% female, mean age 51 years), 54 (50.9%) were diagnosed with ulcerative colitis and 52 (49.1%) with Crohn’s disease. Endoscopic activity was detected in 42 patients (39.0%). Fecal calprotectin provided the best sensitivity (97.6%), with limited specificity (34.4%). Compared to calprotectin, the other 3 fecal biomarkers showed better specificity (87.5–92.1%) and lower sensitivity (45.2–59.5%). Patients with a negative result in all biomarkers (19/106—17.9%) had 100% (CI 95% 97.4–100) negative predictive value, while patients with the 4 biomarkers positive (13/106—12.3%) had 100% (CI 95% 96.1–100) positive predictive value of endoscopic inflammatory activity. AUROC of this 4 biomarker point-of-care test was 0.845 (95% CI 0.771–0.920), significantly higher than the AUROCs of any of the 4 biomarkers. Conclusions: This test may be a useful strategy to monitor inflammatory activity in clinical practice by excluding or prioritizing patients in need of a colonoscopy. © 2021 by the authors. Licensee MDPI, Basel, Switzerland

    Enteritis secundaria a nivolumab, una causa creciente de diarrea

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    La inmunoterapia es una herramienta cada vez más utilizada en el campo de la oncología. Conviene conocerla debido a sus crecientes usos, entre los que se incluye el tratamiento de tumores del aparato digestivo (hepatocarcinoma1, adenocarcinoma colorrectal con alta inestabilidad en microsatelites2) así como por las reacciones adversas que con elevada frecuencia afectan al tubo digestivo. Presentamos el caso de un varón de 74 años, con antecedentes personales de enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) y melanoma con metástasis pulmonares. Debido a estas patologías tomaba de manera habitual inhaladores de salbutamol y había estado en tratamiento con nivolumab, suspendido hacía cuatro meses tras conseguir una respuesta radiológica completa de las metástasis pulmonares. El paciente refería cuadro diarreico de un mes de evolución, consistente en tres a cuadro deposiciones (Bristol 5-6) sin productos patológicos, que afectaban el descanso nocturno, asociaban molestias centroabdominales intermitentes y pérdida de peso de unos 3-4 kg. No había ingerido alimentos crudos, antibióticos o nuevas medicaciones. Tampoco había convivientes con la misma sintomatología ni había realizado viajes al extranjero. Negaba cualquier otra sintomatología y antecedentes familiares de interés. La exploración física era anodina a excepción de unas ligeras molestias a la palpación profunda en mesogastrio..

    Aproximación al manejo de la disección del tronco celíaco

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    El dolor abdominal constituye uno de los motivos de consulta más frecuentes en los servicios de Urgencias y de Aparato Digestivo. Además, el diagnóstico diferencial supone un importante reto, dado el amplio abanico de entidades clínicas que pueden provocarlo, algunas de ellas con un pronóstico desfavorable. En este sentido, en algunas cohortes no se ha llegado a un diagnóstico específico en más de un 30% de los casos1, 2. Se presenta el caso de un varón de 40 años, fumador activo desde hace más de 20 años, sin otros antecedentes personales ni familiares de interés, excepto traumatismo cerrado abdominal hace cuatro años, que no seguía tratamiento farmacológico habitual. Presentaba dolor abdominal epigástrico continuo e irradiado hacia ambos hipocondrios, de ocho horas de evolución. No asociaba ictericia mucocutánea ni coluria o acolia, tampoco náuseas ni vómitos ni alteraciones en el ritmo y características de las deposiciones. No presentaba fiebre, síndrome constitucional ni otra sintomatología asociada. A la exploración física destacaba dolor a la palpación de epigastrio, sin signos de irritación peritoneal, con peristaltismo y pulsos distales conservados. Asimismo, no presentaba signos de colagenopatía. Para una primera aproximación diagnóstica se realizó analítica de sangre, destacando como únicos hallazgos ligera alteración del perfil hepático (AST 66 U/L, ALT 58 U/L, GGT 106 U/L, FA 76 U/L) con amilasemia, ..

    Poliposis de causa hematológica: linfoma del manto

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    clínicoPresentamos el caso de un paciente varón de 76 a˜nos conantecedentes de diabetes mellitus tipo 2, hipertensión arte-rial, hipertrofia benigna de próstata e incipiente deteriorocognitivo, que acudió al servicio de endoscopias digestivaspara la realización de una colonoscopia por un resultadocuantitativamente muy positivo de sangre oculta en heces:42.800 ng/ml. El estudio en heces fue solicitado por unapérdida de peso superior al 10% en los últimos 6 meses ymalestar general progresivo. Múltiples pólipos de aspecto inflamatorio de coloraciónrojiza y punteado blanquecino, con mucosa cicatricial cir-cundante, se visualizaron en la colonoscopia, que se realizólimitada a ángulo esplénico por dolor y sangrado espontáneode la mucosa. En la unión recto-sigma, se objetivó una lesiónpolipoidea de mayor tama˜no con región central deprimiday aspecto neoplásico. Se tomaron múltiples biopsias de laslesiones descritas (figs. 1-6). Tras el estudio histológico, las lesiones polipoideascorrespondieron a un linfoma tipo B no Hodgkin (compati-ble morfológica e inmunohistoquímicamente con el subtipolinfoma del manto clásico). El estudio inmunohistoquímicoresultó positivo para CD20, Bcl-2, CD5, ciclina D1 y Ki-67, derivándose al servicio de hematología del centro. ..

    Yeyunitis ulcerativa. Manifestación grave e infrecuente en el debut de la enfermedad celíaca

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    La yeyunitis ulcerativa se asocia típicamente a la enfermedad celíaca refractaria tipo II. Para su diagnóstico, los síntomas derivados de la malabsorción deben presentarse de forma persistente o recurrente durante al menos 6-12 meses desde el inicio de una dieta exenta de gluten, tras haber descartado otras causas de no respuesta1. Aunque no es lo más habitual, la yeyunitis ulcerativa puede estar presente en el momento del diagnóstico de la enfermedad. Presentamos el caso clínico de un varón de 62 años fumador (IPA 20), bebedor de unos 30 g de alcohol al día y con antecedentes de diabetes tipo II no insulinodependiente. Ingresó en nuestro hospital por presentar un cuadro de 7-8 meses de evolución consistente en incremento en el número de deposiciones (5-6 al día) de consistencia pastosa, persistencia nocturna, sin dolor abdominal ni síndrome febril asociado. En los análisis practicados presentaba anemia normocítica y disbalance hidroelectrolítico. Las investigaciones dirigidas a discernir las causas de la diarrea pusieron de manifiesto la positividad de los anticuerpos antitransglutaminasa IgA, con un nivel superior a 100 U/mL, anticuerpos antiendomisio IgG + 1/160 y genética compatible (HLA DQ2.5 [DQA1*05, DQB1*02]) con enfermedad celíaca. Mediante la gastroscopia (endoscopio de luz blanca y alta definición con «near focus») se evidenció una mucosa bulbar nodular y atrófica que permitía la visualización de pequeños vasos de la submucosa (fig. 1A)..
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