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Perception of COVID-19 Vaccination Amongst Physicians in Colombia
Introduction: The SARS-CoV-2/COVID-19 pandemic has triggered the need to develop rapidly effective and safe vaccines to prevent infection, particularly in those at-risk populations such as medical personnel. This study’s objective was to assess the perception of COVID-19 vaccination amongst Colombian physicians featuring two different scenarios of COVID-19 vaccination. Methods: A cross-sectional analytical study was carried out through an online survey directed at medical staff in several cities in Colombia. The percentage of physicians who have a positive perception to be vaccinated and the associated factors that determine that decision were determined. A binomial regression analysis adjusted for age and sex was carried out, taking as a dependent variable the acceptance of free vaccination with an effectiveness of 60 and 80%. The most significant factors were determined in the non-acceptance of vaccination. Results: Between 77.0% and 90.7% of physicians in Colombia accept COVID-19 vaccination, according to the scenario evaluated where the vaccine’s effectiveness was 60 or 80%, respectively. Medical specialty, having never paid for a vaccine, recommending the administration of the vaccine to their parents or people over 70 years, and dispensing the vaccine to their children, were the factors to consider to be vaccinated for free with an effectiveness of 60% and 80%. Conclusions: There is a high perception of the intention to vaccinate physicians in Colombia against COVID-19, and this is very similar to that of the general population
Recomendaciones para el uso racional de la prueba 25-hidroxi vitamina D Policy Brief
El incremento exponencial en la solicitud de pruebas de laboratorio de 25-Hidroxivitamina D o [25(OH)D ha encendido las alarmas y generado un fuerte llamado de atención, dado que puede reflejar falencias en la estandarización de la práctica clínica y en el uso no sistemático de la evidencia científica para la toma de decisiones en la vida real, que permitan analizar las indicaciones de la prueba, su frecuencia, interpretación e incluso para valorar el impacto para los sistemas de salud, especialmente cuando se contrasta con los mínimos o casi nulos efectos de la estrategia de tamizar o suplir indiscriminadamente a la población general, sin considerar una evaluación clínica integral de riesgos y necesidades de las personas.
Desde un punto de vista meramente de impacto en salud pública, la consecuencia de solicitudes masivas y no indicadas, están afectando a la mayoría de los sistemas e instituciones de salud a nivel global. Los estudios primarios que determinaban valores de ingesta promedio poblacional, han sido ampliamente utilizados en la formulación de recomendaciones en Guías de Práctica Clínica (GPC), pero lastimosamente interpretados de forma errónea como puntos de corte para diagnosticar enfermedad y permitir la exagerada prescripción de esquemas de suplencia.
El coeficiente de variación en los ensayos de rutina para medir niveles sanguíneos de 25(OH)D3 es alto (28%), disminuyendo la precisión global de la prueba y de forma simultánea, incrementando tanto los valores falsamente altos como falsamente bajos. La evidencia científica más reciente, analiza y cuestiona seriamente, la utilidad y el efecto real de la práctica masiva e indiscriminada de prescribir vitamina D sin un análisis exhaustivo de riesgo. La evidencia disponible es insuficiente para recomendar de forma general la suplencia de vitamina D para prevenir fracturas, caídas, cambios en la densidad mineral ósea, incidencia de enfermedades cardiovasculares, enfermedad cerebrovascular, neoplasias y tampoco en modificar la curva de crecimiento de hijos de madres que recibieron vitamina D como suplencia durante la gestación.
Las recomendaciones presentadas en el documento se sustentan en el análisis crítico de la evidencia actual y en los principios de buenas prácticas clínicas e invitan a considerar un uso racional de las pruebas de 25(OH)D en el contexto de una práctica clínica centrada en las personas y una evaluación integral de necesidades y riesgos. Los principios de buena práctica sugieren que los clínicos puedan ser capaces de justificar que los resultados de la prueba de 25(OH)D influyen de manera contundente y definida la práctica clínica y modifican los desenlaces que interesan a las personas e impactan en su salud y bienestar. En la actualidad no hay claridad de cómo interpretar los resultados, y la relación entre los síntomas y los niveles de 25(OH)D, la cual, podría no ser consistente con la alta prevalencia de deficiencia de vitamina D reportada. Por tal razón, se sugiere revisar la racionalidad de la solicitud de pruebas para monitoreo sistemático de niveles de 25(OH)D o en todos los casos donde se realiza suplencia. Considerar el uso de las pruebas de 25(OH)D dentro de la evaluación integral de personas con sospecha o confirmación de las siguientes condiciones: raquitismo, osteomalacia, osteoporosis, híper o hipo paratiroidismo, síndromes de mala absorción, sarcopenia, enfermedad ósea metabólica