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    La interpretación semiótica aplicada al estudio de la cerámica. 30. Arqueología

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    Bense, Max y Elisabeth Walther 1975. Guía Alfabética, Barcelona, Anagrama.Beutelspacher, Carlos 1988. Las mariposas entre los antiguos mexicanos, México, FCE.Beyer, Hermann 1965. “El origen, desarrollo, y significado de la greca escalonada”, en El México Antiguo, México, Sociedad Alemana Mexicanista, pp. 76-104.Caso, Alfonso 1977. El pueblo del sol, México, FCE.Córdoba Barradas, Luis 1994. “La decoración en la cerámica Azteca III: avance de investigación”, Boletín de la Subdirección de Salvamento Arqueológico, núm. 3, México, INAH, p. 39.De Gortari, Eli 1988. El método dialéctico, México, Grijalbo.Douglas, Mary 1973. Pureza y peligro, un análisis de los conceptos de contaminación y tabú, España, Siglo XXI.Eco, Humberto 1978. Tratado de Semiótica General, México, Nueva Imagen.1998. El péndulo de Foucault, España, Bompiani-Lumen.Eliade, Mircea 1994. El mito del eterno retorno, España, Altaya.Escobedo Ramírez, David; Julio A. Berdeja Martínez; Marco Ayala Ramírez y Ana E. Gómez Martínez.1995. “Proyecto Arqueológico Santa Isabel- Estacionamiento Bellas Artes” (reporte general), México, Archivo Técnico de la Dirección de Arqueología del INAH, mecanoescrito.Espinosa Pineda, Gabriel 1992. “Presencia del lago en la cosmovisión Mexica”, tesis de licenciatura en Historia, México, ENAH/INAH.1995. El embrujo del lago. El sistema lacustre de la Cuenca de México en la Cosmovisión Mexica, México, Instituto de Investigaciones Históricas/Instituto de Investigaciones Antropológicas, UNAM.Flores Pérez, José Luis 2000. “La explicación de lo estético en Arqueología”, Sobretiro del Boletín de Antropología Americana, México, IPGH.Franco Carrasco, José Luis y F. Peterson 1957. Motivos decorativos en la Cerámica Azteca, México, Museo Nacional de Antropología (Científica, 5).Fridman, Boris 1977. Tractatus de Lingüística. Significante vs. significado o lucha de clases de energía, México.Garduño, René 1988. “El Veleidoso Clima”, en La Ciencia para Todos, núm. 127, México, FCE-SEP.Girard, Rafael 1948. “Génesis y función de la greca escalonada”, Cuadernos Americanos, año VII, vol. XL, núm. 4, México.Guerra, María Eugenia 1987. Imagen y palabra, México, BUAP.Haidar, Julieta s.f. “El campo de la semiótica visual”, mecanoescrito.Heyden, Doris 1976. “Flores, creencias y el control social”, en 42nd. International Congress of Americanist Proceedings,núm. 6, Paris, pp. 84-97.1984. Mitología y simbolismo de la flora en el México prehispánico, México, Instituto de Investigaciones Antropológicas/UNAM.Hodge, Mary 1991. “Aztec-Period Ceramic Distribution And Exchange Systems”, Final report submitted to the National Science Foundation, mecanoescrito.López Austin, Alfredo 1989. Cuerpo humano e Ideología. La concepción de los antiguos nahuas, México, Instituto de Investigaciones Antropológicas/UNAM.1994. Tamoanchan y Tlalocan, México, FCE.Molina, fray Alonso de 1970. Vocabulario en lengua castellana y mexicana y mexicana y castellana, México, Porrúa.Monjarás-Ruiz, Jesús 1995 “La Triple Alianza”, Arqueología Mexicana, septiembre-octubre, vol. III, núm. 15, México, Raíces, pp. 20-25.Montoliu Villar, María 1971. “Mito y control político en la sociedad azteca”, tesis de maestría, México, ENAH/INAH.Morelos García, Noel 2002. “Las evidencias iconográficas del complejo calle de los muertos en Teotihuacan”, en María Elena Ruiz Gallut (ed.), Ideología y política a través de materiales, imágenes y símbolos. Memorias de la primera mesa redonda de Teotihuacan, México, Conaculta/INAH/UNAM-IIA/IIE, pp. 23-59.Moreno, Manuel 1962. La organización política y social de los aztecas,México, INAH.Nuttall, Zelia 1901. “The Fundamental Principies of OId and New World Civilization”, Archaeological and Ethnological Papers of the Peabody Museum, vol. 11, Cambridge, Massachussets.Orton, Clive, Paul Tyers y Alan Vince 1997. La cerámica en arqueología, Barcelona, Crítica.Panofsky, Erwin 1972. Estudio sobre iconología, Madrid, Alianza Universidad, pp. 13-37.Peirce, Charles Sanders 1931-1958. Collected Papers, Cambridge, Masach. Ed. C. Hartshorne y P. Weiss, vol. 4.1974. La ciencia de la Semiótica, Buenos Aires, Nueva Visión.Ruiz Moreno, Luisa Noemí 1993. Santa María Tonantzintla. El relato en imagen, México, Conaculta.Sahagún, fray Bernardino de 1956. Historia General de las cosas de Nueva España, México, Porrúa.Sanders, William T., Jeffrey Parsons y Robert Stanley 1979. The Basin of Mexico. Ecological processes in the Evolution of a Civilization, USA, Academic Press.Saussure, Ferdinand 1998. Curso de Lingüística general, México, Fontamara.Seler, Eduard Gesalmmelte abhandlungen zur amerikanischen sprachundaltertumskunde, Austria, Akademische Druck-U,vol. ISimeon, Rémi 1985. Diccionario de la lengua náhuatl o mexicana, México, Siglo XXI.Vega Sosa, Constanza 1979. “Analysis and Interpretation of Some Glyphs on Aztec-style Vessels”, ponencia presentada en Simposio sobre Problemas en la Iconografía del Arte Mesoamericano Posclásico, XLIII Congreso Internacional de Americanistas.1984. “El curso del sol en los glifos de la cerámica Azteca tardía”, Estudios de Cultura Náhuatl, vol. 17, México, UNAM

    . 30. Arqueología

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    En este número, al igual que en los anteriores, se han seleccionado artículos que proporcionan información original e inédita de diversas localidades del país, y también propuestas de interpretación teórico-metodológica desde la perspectiva multidisciplinaria y de la arqueología simbólica. En el primer trabajo, Alfonso Grave Tirado resalta la frescura de los datos y la propuesta de reinterpretación general del patrón de asentamiento de la zona costera de la porción sur de Sinaloa y norte de Nayarit. Su revaloración regional desmitifica la versión fragmentaría anterior de las culturas arqueológicas construidas por elementos de tipología cerámica, sin querer demeritar las intuiciones de los primeros investigadores. Posteriormente, nos complace presentar el trabajo de Roberto García Moll, quien movido por su profundo y añejo interés por los sitios mayas, emprende el rescate de viejos papeles sobre Palenque. Su “arqueología de la arqueología” nos devela un valioso cuerpo de datos que deberá ser tomado en cuenta en el momento de construir enfoques teóricos y propuestas de interpretación. Continuando en el área maya, el artículo de paleoantropología física, escrito por Manuel Arias y Noé Pool, nos ofrece otras formas de conocimiento de la población maya del periodo Clásico, a través de la detección de patologías y su interpretación en el contexto social. La correlación de datos biológicos y de cultura material, les permiten a los autores formular una interpretación sobre las condiciones de vida y la inserción social de los individuos. El siguiente escrito, obra de Noemí Castillo y Raúl Arana en el área de Teticpac —zona norte del estado de Guerrero—, nos presenta información inédita de 18 sitios y de sus materiales de superficie, sobre todo cerámicos, cuya cronología abarca desde el Preclásico superior hasta el Posclásico tardío. El trabajo de Salvador Guilliem representa una acuciosa recopilación de la arqueología de los entierros y ofrendas de Tlatelolco desde 1940 a la fecha. El archivo de Francisco González Rul, junto con la demás información del Archivo Tlatelolco, le ofrece “la memoria”, las notas, los viejos dibujos y fotografías para empezar a reinterpretar estos contextos e intentar correlaciones con Tenochtitlan. Los dos artículos siguientes entran en el terreno de la semiótica, recorrido siempre más por los arqueológos, donde los esquemas iconográficos encuentran nuevas alternativas de interpretación bajo su cobijo. El ensayo de Terry Stocker y Kate Howe sobre el elemento triobulado resalta su carácter polisémico y de valor cambiante entre símbolo e icono, dependiendo de la asociación contextual y de la cronología. En el trabajo de Socorro de la Vega y Miguel A. Balcázar, a partir de premisas explícitas de carácter teórico-metodológico, se propone una lectura diferente de la cerámica azteca, intentando un acercamiento simbólico y de múltiples significados a sus formas y decoraciones. Por último, María Rosa Avilez comparte con nosotros sus reflexiones, desde la perspectiva del sujeto-arqueológo, sobre los materiales que recuperamos como producto y objeto de la investigación. Nos hace patente los problemas más elementales de tipo operativo y los cuestionamientos éticos; nos invita a asumir la parte de responsabilidad que nos corresponde y reivindica la necesidad de argumentaciones y soluciones de tipo académico. Como de costumbre, complementamos este número con las secciones Noticias, Archivo técnico y Reseñas.  </p

    . 35. Arqueología

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    Esta entrega de la revista está dedicada casi en su totalidad a la investigación básica y presenta estudios arqueológicos recientes, de campo y de laboratorio que abarcan un amplio rango cronológico, desde el Formativo hasta el siglo XX, muestra el extenso espectro cronológico y temático de la investigación arqueológica en México y en el INAH. El primer trabajo es resultado de la cooperación entre especialistas en petrografía y arqueología, Robles y Oliveros, quienes analizan en ambas vertientes la lapidaria de las ofrendas funerarias de El Opeño, sus técnicas y materias primas y realizan inferencias sobre la organización de grupos del Formativo medio en el occidente de México. Enseguida, Grove nos ofrece un reporte sobre las estelas y plataformas rectangulares descubiertas en el área habitacional del Formativo al pie del cerro Chalcatzingo, en el sitio homónimo y discute brevemente su orientación y visibilidad en relación con la función ceremonial. La siguiente aportación, de Tovalín y Ortiz, es sobre el sitio poco conocido del Clásico de la región fronteriza del alto Usumacinta en Chiapas, denominado Primera Sección de Benemérito de las Américas. La comparación de los rasgos arquitectónicos e iconográficos en el ámbito local y regional lo hacen un trabajo sumamente interesante. Como parte de los resultados del Proyecto Norte de la Cuenca de Oriental, en Puebla, Gazzola discute el patrón de asentamiento y el arreglo regional durante el Epiclásico, centrándose, específicamente, en las estrategias desarrolladas en Cantona alrededor de la explotación y comercialización de la obsidiana en el ámbito local y supralocal. Centrado en el Epiclásico, pero en su proyección hacia el noreste mesoamericano, el magnífico trabajo de Gaxiola y Nelson trata del abastecimiento de obsidiana en Huapalcalco con base en la territorialidad y en los procesos de manufactura líticos, propone dos patrones diferenciados, uno adaptado a Huapalcalco y otro más propio de la “esfera Coyotlatelco”. Con un gran salto temporal y temático llegamos a la ciudad de México de los siglos XVII y XVIII, con el artículo de Salas, quien describe los ritos de profesión monacal de las comunidades religiosas femeninas, de las llamadas monjas coronadas, a partir de los contextos funerarios en los conventos de la Encarnación y de Santa Catalina de Sena. Nuevamente en la ciudad de México, pero en los siglos XIX y XX, está ubicado el trabajo de Guerrero y colaboradores, sobre un contexto arqueológico en el Centro Histórico que ha sido interpretado como un espacio ceremonial de las logias masónicas. Se nos ofrece una imagen poco común sobre esta sociedad secreta tan mitificada y se discuten algunas ideas sobre sus simbolismos De carácter arqueológico con referencias a la época actual, el artículo de José Jorge Cabrera y Salvador Pulido presenta un estudio sobre el juego del kuilichi en Michoacán. Se destaca su carácter indígena y las formas en que se ha impulsado su presencia en las comunidades. Para finalizar, el trabajo colectivo de De la Vega y colaboradores, a partir de la observación de la actual comunidad alfarera de Los Reyes Metzontla, reflexiona sobre la interdisciplinariedad y la validez de la analogía etnográfica, a la que recurrimos frecuentemente los arqueólogos y nos invita a una toma de conciencia sobre este proceso ontológico. Por último, queremos señalar que en la preparación de cada número se reciben observaciones de los propios dictaminadores, mismas que los editores discutimos y tratamos de aplicar, en la medida de lo posible, de forma inmediata. Sin embargo, nos es igualmente o más importante conocer las opiniones de los lectores, así que ponemos a su disposición nuestra dirección de correo electrónico, para el envío de sus sugerencias, las cuales nos ayudarán a mejorar cada día más la calidad y el nivel de la publicación. Nos resta insistir que ésta, su revista, existe en función de sus colaboraciones y se nutre de ellas; así que esperamos recibir muchos trabajos y les recomendamos aplicar las especificaciones de publicación, para que éstos se puedan ofrecer a la discusión académica con la mayor rapidez.</p
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