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    Conclusiones

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    Técnicas de mejora del proceso de aprendizaje desde el punto de vista psicológico

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    Los médicos aprendemos de la experiencia; ésta es la fuente más importante de aprendizaje, pero la sola exposición a los acontecimientos de la práctica cotidiana no garantiza un adecuado aprendizaje. La idea no es sólo propiciar las oportunidades para tener experiencias sino tener la capacidad de sacarles provecho. La permanencia de lo aprendido se logra con el cemento de lo afectivo, de modo que vivir las subjetividades de la profesión desde la fase formativa contribuye importantemente a consolidar esa formación. El núcleo del aprendizaje experiencial es la reflexión sobre la experiencia. Se podría simplemente ver pasar los acontecimientos sin un análisis mayor (práctica rutinaria), o detenerse, tratar de profundizar, volver a ver, plantear preguntas y ofrecer respuestas (práctica reflexiva). La práctica reflexiva supone una actitud permanente de búsqueda, de diálogo con uno mismo y de inconformidad con lo establecido. Implica la capacidad dialéctica de formularse y contestarse preguntas durante la actividad cotidiana, de relacionar auténticamente la teoría con la práctica, de ver en retrospectiva las características de la propia práctica, de tomar distancia para analizar nuestro propio desempeño. La práctica reflexiva es el sustento no sólo de la calidad de la atención médica sino de la educación continua de quien la práctica, pues al identificar sus propias deficiencias se genera la necesidad de resolverlas. Vamos a proponer una serie de elementos clave para potenciarla. Con esta perspectiva pasamos a analizar los posibles errores que podemos cometer en el proceso de razonar y las estrategias que han demostrado aportar evidencia en la prevención de los errores clínicos a nivel individual y de equipo de atención primaria

    Razonamiento clínico o la tecnología médica básica para la práctica clínica cotidiana

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    El diagnóstico, a través de la historia, ha estado ligado íntimamente a la percepción de la naturaleza de la enfermedad que tení el médico en función del entorno sociocultural en que se encontraba. A partir de una concepción del proceso de enfermar, fuertemente influenciada por un pensamiento mágico-religioso, se va desarrollando un conocimiento más preciso y real del proceso de enfermedad, comprendiéndola y no sólo desde un punto de vista individual, sino desde un punto de vista multidisciplinario y multicausal. Es durante el último cuarto del siglo XX cuando la investigación en razonamiento clínico toma pujanza y demuestra la necesidad de cambiar el estilo de formación médica y orientarlo hacia la integración simultánea de conocimiento y práctica clínica. Es el análisis de la práctica clínica desde la psicología cognitiva el que ha permitido profundizar en las herramientas de mejora del razonamiento clínico. Los términos de razonamiento clínico; juicio clínico, toma de decisiones clínicas; solución de problemas clínicos y razonamiento diagnóstico, son generalmente considerados como sinónimos y se usan de manera intercambiable. Es importante señalar que estos términos se refieren a la misma idea, el concepto descrito por Barrows1 de razonamiento clínico como "el proceso cognitivo necesario para evaluar y manejar el problema médico de un paciente"

    Aspectos éticos de la atención al médico residente como paciente

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    Introducción. Los médicos tienen un modo de enfermar distinto al de la población general: niegan la enfermedad y tienden a buscar ayuda de un compañero. Según la literatura, los residentes también tendrían comportamientos particulares a la hora de padecer una enfermedad. Este estudio pretende analizar su comportamiento y proceso asistencial. Material y métodos. Se captaron tres hombres médicos adjuntos que habían estado enfermos durante la residencia mediante un intermediario: uno de ellos padeció pericarditis, otro un proceso crónico reumático del ojo y otro una fractura de un metatarsiano y una apendicitis. Se les hicieron y grabaron una entrevista a cada uno, se transcibieron y se analizaron mediante MAXqda12. Resultados. Los verbatim referentes a diferencias médico-no médico eran mayoritariamente positivos, aunque algunos admitieron abiertamente que pensaban que ser médico era una desventaja. Todos ellos pasaron por una fase de negación, aceptando la enfermedad cuando no había otra salida. Hay una tendencia a retrasar las bajas laborales y a adelantarlas todo lo posible. Dos de ellos ganaron mucha empatía con los pacientes. No tuvieron problemas con la sobrecarga de trabajo a otros. La Comisión de Docencia les dio facilidades. La asistencia de un médico a otro médico resulta insatisfactoria, la confidencialidad se perdió, y la influencia de los conocimientos provocó varios casos de auto-asistencia. Discusión. Los residentes ya se sienten incómodos como pacientes y tienden a negar la enfermedad, ocasionando retraso diagnóstico y alargamiento de la baja laboral. El auto-tratamiento sólo funcionó cuando se estaba muy familiarizado con la patología. Padecer una enfermedad puede llevar a mejorar la relación médico-paciente. No parece que se le dé importancia a la pérdida de la confidencialidad, pero esto podría ser porque las enfermedades de los entrevistados carecen de estigma, y por las características del reclutamiento. Los residentes se sienten juzgados al tratar a otros médicos. Conclusión. Deberían realizarse programas de concienciación al residente y a los adjuntos acerca de los riesgos que supone retrasar la atención médica y el auto-tratamiento. También debería capacitarse a los médicos para tratar a otros médicos y mejorar su proceso asistencial, así como aumentar el nivel de confidencialidad

    Estudio del impacto que los Eventos Adversos tienen en los profesionales sanitarios (segundas víctimas) valorado a través de la percepción de directivos y coordinadores de calidad

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    IntroducciónLos Eventos Adversos (EA) derivados de la asistencia sanitaria causan daño y dolor a los pacientes que son las primeras víctimas de los mismos, pero también afectan de forma laboral, personal y familiar a los profesionales sanitarios que se ven envueltos en ellos (segundas víctimas) y además afectan a la Institución Sanitaria (tercera víctima) disminuyendo su prestigio entre la población.ObjetivosObjetivo PrincipalConocer y analizar la implantación y utilidad de los planes de intervenciones en hospitales y atencion primaria para dar respuesta ante eventos adversos graves, considerando en particular el soporte a las segundas y terceras víctimas.Objetivos secundariosDescribir cual es la cultura de seguridad en Hospitales y Centros de Atención Primaria.Identificar las actuaciones previstas ante la aparición de eventos adversos graves.Valorar si hay planes específicos de atención a segundas víctimas.Conocer si las segundas víctimas reciben apoyo por pares o especializado, tienen cobertura del seguro de responsabilidad civil y reciben asesoramiento legal por parte de la institución sanitaria en la que trabajan.Analizar si hay comunicación franca y transparencia con el paciente que ha sufrido un EA y su familia.Conocer si hay un plan de comunicación e imagen institucional tras un EA.Analizar la opinión de los directivos y coordinadores de calidad en cuanto a la utilidad de implantar una estrategia de atención y apoyo a las segundas y terceras víctimas.Identificar qué intervenciones son consideradas por los directivos y coordinadores de calidad como más útiles para reducir los efectos negativos que los EA que sufren los pacientes tienen en la imagen corporativa de los centros sanitarios (terceras víctimas).Población y MétodosPoblación La población de referencia estuvo compuesta por los Directores y Coordinadores de Calidad de los Hospitales y áreas de salud de Atención Primaria de 8 servicios regionales de salud de España.MetodologíaSe construyó una encuesta basada en la selección de intervenciones de instituciones sanitarias internacionales para dar respuesta a los EA. La encuesta constaba de un total de 45 intervenciones agrupadas en 5 áreas: área 1: Cultura de Seguridad en la Institución, área 2: Plan de crisis en caso de un EA grave, área 3: Comunicación y transparencia con el paciente y su familia, área 4: Atención a Segundas Víctimas (profesionales) y área 5: Comunicación e Imagen Institucional. Para cada una de ellas se valoraba la utilidad y la implantación. La encuesta se pasó entre febrero y mayo de 2014 enviando un correo electrónico con una carta anexa y el enlace a la plataforma de la encuesta. Se analizaron los datos mediante análisis decriptivo de frecuencias, chi-cuadrado para comparación de porcentajes entre variables. Se calculó un índice sintético para hacer una valoración global por cada área de la encuesta y se hizo análisis de regresión logística condicional hacia adelante para identificar diferencias en la implantación y utilidad percibidas de las intervenciones entre estos tipos de profesionales y entre los niveles de atención.ResultadosContestaron la encuesta 406 profesionales, 197 Directores de Hospital y de Atención Primaria y 209 Coordinadores de Calidad.Las diferencias entre los índices sintéticos de las 5 áreas en la comparación entre niveles asistenciales, son estadísticamente significativas para la implantación, siendo esta mayor en hospitales. Los índices sintéticos para la utilidad de las intervenciones son similares con alta valoración en ambos niveles salvo para el área 2 (plan de crisis) que es algo más valorada en hospital. El análisis de regresión logística mostró diferencias entre coordinadores de calidad y directores para 8 intervenciones analizando la implantación, y sólo en 3 analizando la utilidad.DiscusiónAunque la mayoría de las intervenciones para prevenir o reducir el impacto de los EA en las segundas y terceras víctimas se han considerado útiles por los directivos y por los coordinadores de seguridad del paciente, su nivel de implantación hasta ahora es muy bajo. Dado que en los estudios se ha puesto de manifiesto que, al menos, 1 de cada 3 profesionales sanitarios se ven involucrados en algún EA, los directivos y los responsables de seguridad de las instituciones sanitarias debieran ser no solo conscientes de estas cifras sino, además, actuar para promover un entorno que ofrezca comprensión, apoyo y ayuda profesional. En atención primaria existe una menor implantación de intervenciones de soporte a las segundas víctimas, por lo que estas están más desprotegidas que en los hospitales.ConclusionesLos resultados muestran que la mayoría de Instituciones Sanitarias Españolas no tienen un programa de atención a las segundas víctimas ni un plan para proteger la reputación de la institución como tercera víctima en el caso de que ocurra un evento adverso grave, pero considerarían útil disponer de él tanto en Atención Primaria como en Hospital. En Atención Primaria hay menos protección a la segunda y tercera víctima que en los hospitales. Por lo que el desarrollo de recomendaciones, guías o protocolos de intervención es una línea de trabajo para el futuro inmediato.<br /

    ¿Qué atención reciben los profesionales médicos como pacientes?

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    Objetivos: Comprender el proceso de enfermar del profesional médico y si éste es diferente por el hecho de serlo para poder plantear estrategias de mejora de la atención al profesional enfermo con años de ejercicio profesional. Métodos: Se ha realizado una revisión bibliográfica utilizando la base de datos MEDLINE a través de Pubmed y EMBASE e Indice Médico Español. Se han realizado entrevistas en profundidad a cinco médicos en activo con enfermedad. Se ha realizado un análisis cualitativo de la información de cada entrevista con el programa MAXqda. Resultados: Se han entrevistado a tres varones y dos mujeres, con una edad media de ambos sexos de 53 años. De las entrevistas hemos extraído los códigos más prevalentes, entre los que destacan, la pérdida de confidencialidad como perjuicio, los sentimientos de miedo y negación y la hipocondriasis del proceso. También hemos observado que el proceso de diagnóstico se ve acelerado y sin embargo en cuanto al tratamiento y el seguimiento se pierde la continuidad del proceso. Conclusión: Debido a la limitación en cuanto al tiempo y extensión de la investigación vemos necesario ampliar el estudio de campo para poder extraer conclusiones extrapolables. Se detecta la necesidad de la creación de sistemas impulsados por las instituciones colegiales que ofrezcan un apoyo a los médicos en el proceso de enfermar.Es indiscutible la necesidad de definir la figura del médico de médicos para conseguir una atención sanitaria que responda a las particularidades del profesional médico enfermo

    Estudio sobre la prevalencia e impacto de los incidentes de seguridad del paciente (ISP) de atención primaria de los sectores Zaragoza I, II, III y Calatayud desde la perspectiva del paciente a través de las reclamaciones de los usuarios

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    Introducción/ Objetivo: El análisis de los incidentes de seguridad del paciente (ISP) en atención primaria permite elaborar estrategias de mejora para reducir la probabilidad de su ocurrencia y mejorar la seguridad. Las fuentes de información de ISP son los sistemas de notificación y aprendizaje para la seguridad del paciente, las quejas de los usuarios y las incidencias registradas en los sistemas de calidad de los equipos de atención primaria. La comisión de seguridad del paciente de atención primaria (CSPAP) de los sectores I, II, III y Calatayud cuenta con información de notificaciones y considera incorporar las quejas de usuarios como fuente de información de ISP. El objetivo de este estudio es identificar los ISP en las quejas realizadas por los usuarios en relación con la atención recibida en los equipos de atención primaria de los sectores mencionados y evaluar su utilidad como fuente de información para la CSPAP.Método/ Material y métodos: Se realizó un muestreo aleatorio simple de quejas de los 4 sectores de salud basado en el número de quejas registradas en el año 2017. Se seleccionaron un total de 342, Sector I 77, Sector II 155, Sector III 71, Sector Calatayud 10, y 29 de reposición por pérdidas. Se elaboró un checklist para analizar las quejas considerando la recogida de variables sociodemográficas del paciente, del centro y lugar de la asistencia, variables sobre el proceso asistencial, sobre los ISP, sobre la gestión de la reclamación, el mes en que se efectúo la queja, el tiempo de respuesta y la evitabilidad. Se calcularon frecuencias de las variables y se analizó la relación entre las mismas.Resultados: El total de quejas analizadas fueron 346 presentadas en los sectores sanitarios Zaragoza I, II, III y Calatayud. El 64 % de los pacientes que reclaman son mujeres y el 36% hombres. Según la edad del paciente al que se refiere en el escrito, en un 78 % de las quejas se trata de una persona adulta mientras que en un 22 % se trata de un paciente pediátrico. El 83,3 % de los usuarios corresponde a centros de salud urbanos y el 16,7% a centros de salud rurales.El profesional con mayor número de quejas era el profesional de medicina de familia (44,9%) seguido de profesional de enfermería (15 %), pediatría (14,7 %) y administrativos (13,2%). El 62,8% de los incidentes de seguridad ocurrieron dentro de la consulta de Atención Primaria (bien del médico de familia, pediatra, Enfermera/o, fisioterapia). La mayoría de las quejas (30,7%) ocurrieron por problemas de retrasos en la atención médica o demoras en la lista de espera. Un 25,1% de las quejas referían motivos relacionados con la asistencia sanitaria y un 17,3% reflejan motivos relacionados con el trato personal. Por sectores destaca que el sector 3 (42%) y Calatayud (41,7%) la mayoría de las quejas son sobre la asistencia sanitaria.El número de ISP del total de las quejas analizadas asciende a 24,3%. Entre los ISP detectados la queja era por problemas en la Asistencia Sanitaria (52,3%), seguida de la Organización/Coordinación (23.5%). Atendiendo a los factores causales, el 12,4 % del total de las quejas reflejan problemas relativos al diagnóstico. El 3,2 % de todas las quejas analizadas alude a problemas relativos a la medicación. El 2,3% del total de quejas fue por los cuidados y/o procedimientos. Un 2,3 % de las quejas fue por problemas de comunicación, o información sanitaria. El 3,8 % fueron factores causados por la gestión. Según el tipo de suceso adverso o impacto en el paciente: el 15% (52/346) del total de quejas ocurrió un casi-incidente, 61,9% del total de ISP (52/84 quejas). Incidentes sin daño fueron el 2,6% del total de quejas y 10,7% de los ISP. Incidentes leves fueron 4,3% respecto del total de quejas y el 17,9% de los ISP. Eventos Adversos Moderados eran 1,8% de todas, un 6,0% de los ISP. Hubo 2 Eventos Adversos Graves, 0,6% de todas y 2,4% de los ISP.Se gestionaron el 100% de las reclamaciones recogidas en el estudio. Se investigaron el 96,2% de las quejas recopilando información sobre lo ocurrido. Si bien, la respuesta a la queja tuvo carácter burocrático, limitada a pedir disculpas o a sugerir cambio de profesional en un 13,9%. Se entrevistó al reclamante o éste aportó informes en un 6,6% de quejas recibidas. Se solicitó información al profesional en un 32,7%. Se revisó la Historia Clínica en el 11,6 % de las reclamaciones. Las versiones que aportaron el reclamante y el profesional fueron concordantes en un 14,2% de los casos. La distribución por meses es muy homogénea, siendo el periodo entre mayo y julio el de incidencia más baja de presentación de quejas. No existe diferencia estadísticamente significativa entre los tiempos de respuesta entre sectores, media de todos los sectores de atención primaria de Zaragoza de 35 días. Respecto a la evitabilidad de los ISP con daño el 2.6% (1/39 ISP) fue No evitable mientras que el 97,4% (38/39 quejas con ISP) podrían haberse evitado.Discusión y Conclusiones: La revisión de las quejas de los pacientes permite identificar ISP en APS. Los ISP identificados a través de las quejas están relacionados con el proceso diagnóstico hecho que contrasta con la naturaleza de los ISP declarados por los profesionales cuya causa principal está en relación con medicación. El análisis de las quejas de los usuarios desde la perspectiva de la SP puede contribuir a definir mejor el mapa de riesgos de atención primaria y a elaborar estrategias apropiadas de reducción de riesgos en el sistema de salud. Se proponen como mejoras la formación y sensibilización en cultura de seguridad del paciente a los profesionales que participan en el circuito de las quejas para que puedan detectar los ISP en el proceso de gestión de las mismas y remitirlas a la CSPAP, así como homogenizar los criterios de clasificación.Palabras clave: Quejas, Calidad Asistencial, Incidente de Seguridad del paciente, Evento Adverso, Atención Primaria de Salud.<br /

    Cómo empezar a trabajar. Cómo se trabaja en seguridad del paciente en un equipo de atención primaria. Implementando la respuesta. Implicando a todos los profesionales del equipo. La misión y el contexto

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    El Institute of Medicine (IOM) define la calidad de los servicios sanitarios como "el grado en que los servicios de salud destinados a los individuos y a las poblaciones aumenta la probabilidad de conseguir unos resultados de salud óptimos y comparables con los conocimientos actuales de los profesionales". Esta definición ha sido ampliamente aceptada y revela un concepto multidimensional. El análisis evolutivo de la calidad muestra como, a lo largo del tiempo, se ha dado diferente protagonismo a cada uno de estos componentes. En la década de los 90 empiezan a adquirir especial relevancia los problemas relacionados con la seguridad del paciente y diferentes organizaciones, como la Joint Commission la incorporan entre los factores importantes que determinaban los resultados de la calidad: orientación al paciente, la seguridad del entorno de la atención y la accesibilidad, adecuación, continuidad, eficacia, efectividad, eficiencia y oportunidad de la atención. Actualmente la seguridad del paciente es considerada como una dimensión fundamental de la calidad, la base sobre la que se construye el resto de dimensiones, y cuya ausencia afectaría negativamente a las demás. Calidad y seguridad del paciente son culturas estrechamente vinculadas donde la calidad, concepto más amplio, sirve de marco de referencia para la seguridad del paciente. Ambas comparten organización, objetivos, metodología y herramientas de trabajo, lo que facilita la implantación de actividades de seguridad del paciente en los centros de salud y su integración en los planes de mejora continua. La puesta en marcha de actuaciones para la mejora de seguridad del paciente requiere un análisis de situación del equipo de atención primaria (EAP), conocer su contexto, cómo se organiza, las circunstancias y el entorno en que se desarrolla el trabajo, todo ello será de gran utilidad para definir los objetivos y las actividades concretas a desarrollar. La definición de la misión, visión y valores del centro de salud nos permite sistematizar esta reflexión sobre el propio equipo, el rol que desempeña en el presente y cómo queremos que sea en el futuro. El análisis se completa con una valoración de la propia organización y de su entorno externo mediante la técnica DAFO que permite la identificación de sus Debilidades, Amenazas, Fortalezas y Oportunidades. El proceso de gestión para la mejora se inicia con la identificación de situaciones que pueden suponer un riesgo para las personas. Se propone combinar una estrategia reactiva que identifica los riesgos una vez que se ha producido el incidente o evento adverso, con otra proactiva mediante la cual se pueden conocer los riesgos potenciales de los procesos antes de que se produzca cualquier efecto no deseable. Todas las etapas del proceso asistencial son susceptibles de presentar problemas relacionados con la seguridad, por lo que la National Patient Safety Agency (NPSA) propone un análisis estructurado de los siguientes factores: pacientes, profesionales, de tarea, sociales, de formación, de equipamiento y recursos, condiciones de trabajo, organizativos y de comunicación. La identificación de los riesgos específicos puede realizarse con las herramientas clásicas utilizadas para la mejora continua (técnicas creativas, encuestas, sistemas de notificación, auditorías, monitorización de indicadores, etc.). La priorización de riesgos, el análisis de los mismos y la implementación de propuestas pueden acometerse con técnicas propias de la gestión de riesgos como son la Matriz de Riesgos (MVR), el Análisis Causa Raíz (ACR), o el Análisis de los Modos de Fallos y sus Efectos (AMFE) que, aunque comparten algunos procedimientos con las herramientas clásicas, se describirán con más detalle en otros artículos de esta monografía. La gestión de riesgo guarda un estrecho paralelismo con el ciclo de mejora continua o ciclo evaluativo, en ambos casos se trata de identificar los problemas o áreas de mejora, analizar las causas que los originan, implantar las actividades correctoras, evaluar el efecto de los cambios introducidos y valorar nuevas acciones. Esta orientación de la mejora de la calidad basada en la realización de ciclos de mejora o PDCA (planificar, hacer, evaluar y corregir), se contempla en todos los Modelos de Gestión de la Calidad, certificación ISO, acreditación JCAHO, autoevaluación mediante el modelo EFQM, y de manera especial en la Gestión por Procesos. Además, los EAP pueden llevar a cabo otros proyectos esenciales para la seguridad del paciente como son: la difusión de la cultura de seguridad, la implantación sistemas de notificación, análisis de incidencias, higiene de manos, conciliación terapéutica, monitorización de indicadores, colaboración con pacientes, etc. Para afrontar la mejora de la seguridad del paciente en el centro de salud es preciso contar con una estructura básica que se encargue de su planificación y despliegue como, por ejemplo, una Comisión para la Mejora de la Calidad multidisciplinar y un responsable que se encarguen de: planificar las actividades, desarrollar las diferentes fases del proceso de gestión de riesgos, comunicar los resultados, etc. Este modelo se extendió a finales de los 90 en los EAP para el desarrollo de Programas de Mejora de Calidad y puede seguir siendo válido

    Primary health care response in the management of pandemics: Learnings from the COVID-19 pandemic

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    Primary care is an essential foundation for the global response to COVID-19 pandemic. It plays a significant role in the health care response: identifying and triaging potential COVID-19 cases, making an early diagnosis, helping vulnerable people cope with their anxiety about the virus, strengthening compliance with prevention and protection measures, and reducing the demand for hospital services. Primary care teams have continued to address citizens’ health problems during the pandemic, adapting to strict social control measures imposed by governments such as closing of borders, lockdowns and self-isolation of cases and contacts. We describe the COVID-19 response from primary care in Hong Kong and China, based on their recent pandemic experiences. We also present that of a European country, United Kingdom, less experienced in pandemic management, but with universal and highly developed primary care with great social recognition. Finally, we point out some crucial learning for future pandemic management, highlighting the crucial need to improve the relationship between primary care and public health to improve pandemics response
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