El novedoso Protocolo de Nagoya regula el régimen internacional de acceso a recursos genéticos y distribución de beneficios. El mecanismo es capaz de ayudar mediante una distribución justa y equitativa de beneficios a conservar la diversidad genética, a compensar a las comunidades indígenas y locales por el uso de su conocimiento tradicional en relación con la utilización de la biodiversidad, y a reducir la brecha tecnológica existente entre los países del Norte y del Sur. Desafortunadamente experiencias previas al Protocolo de Nagoya demuestran que la implementación nacional de regímenes de acceso y distribución de beneficios ha resultado dificultosa e infructuosa debido a varias razones. Entre ellas se incluyen la existencia de lagunas legales y la falta de capacidades institucionales y científicas. Partiendo de esa realidad se adelanta una metodología útil para anticipar y analizar los aspectos positivos y negativos que presenta un país de cara a implementar un régimen de acceso y distribución de beneficios. La metodología se basa en el análisis de tres categorías elementales: a) recursos genéticos del país proveedor y conocimiento tradicional a ellos asociado, b) normas legales y políticas nacionales relacionadas con el acceso y distribución de beneficios y c) capacidades en investigación y desarrollo biotecnológico de las instituciones científicas del país proveedor de recursos genéticos que potencialmente pudieran estar involucradas en la distribución de beneficios. Se espera que su aplicación ayude a aquellos países que se encuentran actualizando o desarrollando regímenes nacionales de acceso y distribución de beneficios a asegurar una implementación exitosa del mecanismo.  
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