El proceso de lectura tiene como componentes al texto mismo, al lector y al conocimiento del mundo que éste tiene. A pesar de la simplicidad, en cuanto al número de componentes se refiere, es un proceso muy complejo. Ha sido difícil, sino imposible, descifrar hasta el momento el constructo que ayuda al ser humano a comprender un texto. El proceso es dinámico, ya que se efectúa en medio de un vaivén de ideas, predicciones, conceptualizaciones, juicios y prejuicios; es interactivo, puesto que el lector aporta sus ideas y conocimiento para el entendimiento del texto, a la vez que éste proporciona información al lector para que incremente sus conocimientos del medio. Todas estas características son una muestra de la complejidad que envuelve al proceso de lectura