El presente artículo plantea una reflexión sobre las pautas de intervención en la ciudad actual en un momento de crisis social, económica y medioambiental como el que se está viviendo. Se parte del concepto de “Regeneración Urbana Integrada”, para entender el hecho urbano como la articulación de múltiples dimensiones, donde el vector social es un componente fundamental que debe ponerse en valor. Se trata de hacer visible la vida de un lugar para poder intervenir en él, estableciendo una estrategia participativa a partir de las vivencias de los residentes, que como usuarios y usuarias de la ciudad realmente tienen el mayor conocimiento de su idiosincrasia. Entre estas experiencias, se ha observado que muchas de las funciones que han venido desarrollando las mujeres en la ciudad aparecen ocultas en el planeamiento. En cambio, éstas son determinantes en la construcción de un nuevo modelo de gestión que sea capaz de incorporar una visión más amplia sobre cómo se vive dicho lugar