Pancreatitis aguda desde la perspectiva de la medicina intensiva y crítica: Antibioterapia profiláctica, argumentos a favor

Abstract

La pancreatitis aguda necrosante es una forma grave de pancreatitis aguda, cuyo tratamiento temprano consiste en la combinación de tratamiento médico intensivo y prevención de la infección con profilaxis antibiótica, ya que la infección de la necrosis aumenta la mortalidad de forma significativa. El mecanismo principal de infección bacteriana es la translocación del colon. La infección de la necrosis pancreática se desarrolla en el 29% de casos y suele presentarse a partir de la tercera semana. Los microorganismos aislados con más frecuencia son: bacilos gramnegativos (BGN): 75%, cocos grampositivos (CGP): 53%, Candida: 8%, anaerobios: 8% y mixtos: 54 %. El diagnóstico se realiza mediante cultivo o tinción de Gram del material aspirado mediante la punción aspiración con aguja fina de la zona pancreática sospechosa de infección clínica, guiada por ecografía o tomografía axial computarizada (TAC). El beneficio del tratamiento antibiótico temprano está basado en una creciente evidencia científica, lo que obliga a modificar el tratamiento en estos enfermos, mediante el inicio inmediato de la antibioterapia contínua durante 14 días o hasta que persistan las complicaciones. Esto hace posible retardar la intervención quirúrgica y hacerla en condiciones óptimas. Los fármacos de elección para el tratamiento y profilaxis de las infecciones pancreáticas son el imipenem y las quinolonas en combinación con el metronidazol, aunque recientemente se ha demostrado que el imipenem es superior a las quinolonas. Retardan la intervención quirúrgica y permiten hacerla en condiciones óptimas. Sin embargo, para determinar exactamente la elección del antibiótico, son necesarios estudios prospectivos, controlados, aleatorios y ciegos

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