La publicidad es un elemento consustancial para los medios de comunicación de
masas actuales. Otro hecho innegable pero quizás más contemporáneo es la “telebasura”. Con nuestra investigación pretendemos unir estas dos singularidades que
atiborran las parrillas televisivas para intentar discernir sus verdaderos nexos. Los
programas basura mantienen un idilio desde los años 90 con la televisión española, ¿pero
está relación ha traspasado las fronteras del periodismo del corazón -género
tradicionalmente ligado a ella- para pasar al mundo publicitario? Tantas décadas
compartiendo el mismo medio puede que sea motivo suficiente para que sus
características se extrapolen a todo lo que la telebasura envuelva y alcance su publicidad.
Si así fuera, ¿existiría entonces la “publicidad basura”? Es decir, al igual que la telebasura
con el tiempo ha ido definiéndose mediante unas singularidades prácticamente
inequívocas y más que reconocibles para los espectadores -y con indiscutible éxito de
audiencia-, sería razonable sospechar que estas variables -o partes de ellas- forman parte
del discurso del mensaje publicitario como forma de llegar a un público determinado y
consumidor de programas de contenido análogo. Si la telebasura invade las cadenas
actuales con programas prefabricados, ¿la “publibasura” también?Universidad de Sevilla. Grado en Publicidad y Relaciones Pública