Se examina el procedimiento de la evaluación de la actividad investigadora en España, llegando a la
conclusión de que se sustituye la evaluación del contenido por la del continente. Con este procedimiento, la evaluación
resultante no tiene relación con el impacto real de la actividad investigadora en el progreso cultural y científico del país.
Por el contrario, se está forzando a la comunidad científica a sufragar a editoriales extranjeras con fondos y trabajo
propios. La alternativa más sencilla es imitar el sistema de EEUU y Gran Bretaña, tal y como ha hecho Japón