Consejo de la transición hacia el consejo de mujeres y la igualdad de género
Abstract
¡Igualdad! Entre hombres y mujeres, mestizos, indígenas, mulatos, nacionales y extranjeros; ser tratados iguales, tener oportunidades, ejercer nuestros derechos es una de las demandas que ha movido la historia. En el caso de la igualdad entre hombres y mujeres, el Ecuador ha sido ejemplar en sus conquistas formales. Matilde Hidalgo y sus luchas individuales convirtieron al Ecuador
en país pionero en el reconocimiento de algunos derechos para las mujeres, ciertos sectores liberales también hicieron su parte. La Constitución de Montecristi es otro ejemplo de conquistas en la agenda de la igualdad y la diversidad; pero hoy, como en tiempos de Alfaro o como en tiempos de Matilde Hidalgo, seguimos comprobando que estas declaraciones son importantes pero no suficientes.
Las niñas y las mujeres en el Ecuador siguen siendo víctimas de violencia y discriminación pública y privadamente. Las oportunidades laborales, la diferencia salarial, las horas de trabajo no remunerado y no reconocido, las causas de ocupación hospitalaria, nos muestran que estamos lejos de vivir en un Ecuador en donde las niñas y las mujeres tengan el pleno ejercicio de sus
derechos. Lo mismo, con datos más graves sobre discriminación y prejuicios, podemos decir sobre los derechos de las personas de diversa condición sexo genérica. Por eso la demanda de igualdad sigue vigente, hace parte del debate actual, y debe construirse en lo cultural y también en las herramientas legislativas.
La iniciativa de aprobar en el Ecuador una ley de igualdad tiene ya más de una década. En muchos países este tipo de leyes contienen normas que inciden o reforman otros cuerpos legales para incorporar disposiciones que permitan igualdad real entre hombres y mujeres. Nuestra tradición ha sido un poco distinta: se incorporaron cuotas laborales en el sector público, se reformó la Ley de Elecciones para tratar de asegurar la participación política de las mujeres, se contempló el derecho a la salud especializada y el ejercicio de derechos sexuales y reproductivos en la Ley de Maternidad Gratuita, se aprobó una Ley de Violencia contra la Mujer y la Familia, con mecanismos específicos y entidades dedicadas a combatir este tipo de violencia. En fin, la discusión de una ley de igualdad en nuestro país no parte de cero; sin embargo, con el camino
recorrido, podemos identificar todo lo que queda por hacer. Ese es el origen de esta publicación: debemos cumplir el mandato constitucional de legislar sobre la igualdad, pero nuestro deber como sociedad es ir más allá. Por eso es tan importante esta iniciativa de la Comisión de Transición hacia el Consejo de las Mujeres y la Igualdad de Género, pues no solo ha elaborado el proyecto de ley que era parte de su mandato, sino que han trabajado en una herramienta para el debate informado y activo de la sociedad sobre el tema. Esta publicación de comentarios al proyecto de ley de igualdad entre mujeres y hombres y personas de diversa condición sexo genérica es una clara invitación al debate informado, ya que pone al proyecto de ley en el contexto de una
Constitución garantista de derechos, y logra que los temas de la agenda de las mujeres y la diversidad estén presentes a lo largo de todo su texto. Desde algunos sectores se ha cuestionado si este proyecto debía incorporar o no los temas de igualdad de las personas de diversa condición sexo genérica; personalmente creo que sí, puesto que la gran conquista del feminismo y su
aporte a la democracia fue el cuestionamiento del modelo ideal de la modernidad: hombre, adulto, blanco, monoteísta, racional, heterosexual. La lucha ha sido la del respeto a la diversidad, a la diferencia, en contra de la exclusión de cualquier tipo. Por eso, porque las mujeres sabemos que el poder y su ejercicio se han justificado por siglos en los estereotipos sobre lo biológico, es que tiene
sentido debatir el alcance de la igualdad y no discriminación que manda la Constitución y desarrolla esta ley. Otro gran debate en la sociedad civil y también en diversos estamentos públicos
se refiere a la institucionalidad responsable de las políticas de igualdad. No
es un debate menor, ya que de las decisiones sobre la futura conformación de
este Consejo de Igualdad dependerá la efectividad de las políticas públicas, su
implementación y evaluación.
Finalmente, la publicación incluye jurisprudencia del Sistema de Naciones Unidas, el Sistema Interamericano de Derechos Humanos y el Sistema Europeo, los dos primeros de cumplimiento obligatorio para el Estado ecuatoriano. Ello nos permite recordar los estándares mínimos a los que nuestro Estado está obligado y que deberán ser incorporados en cualquier proyecto de ley.
Esta publicación será vital para nuestro debate y por eso, desde el Grupo Parlamentario por los Derechos de las Mujeres hemos aplaudido y participado en esta iniciativa. La Comisión de Transición pone en nuestras manos y las de las y los ciudadanos vinculados con este debate, la herramienta adecuada para revisar el proyecto, debatirlo, reformarlo, defenderlo o no. Tenemos el desafío de aprobar una ley que regule los mecanismos para lograr la igualdad, y también la obligación de salir fortalecidas de este proceso, que debe ser un pretexto más para el diálogo y la articulación de los sectores organizados y su vinculación en la toma de decisiones. Desde la Asamblea Nacional reconocemos el trabajo realizado por la comisión y confirmamos nuestro compromiso de debatir a profundidad este proyecto y las herramientas legales para lograrla.
María Paula Romo
Grupo Parlamentario por los Derechos Humanos de las MujeresCOMISIÓN DE TRANSICIÓN HACIA EL CONSEJO DE LAS MUJERES Y LA IGUALDAD DE GÉNERO. AGENCIA ESPAÑOLA DE COOPERACIÓN INTERNACIONAL PARA EL DESARROLLO - AECI