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    Los orígenes de Cantona: pintura rupestre en el Cerro Las Águilas

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    Anders, Ferdinand, Marten Cansen y Luis Reyes García 1991. El libro del Cihuacoatl: Homenaje para el Año del Fuego Nuevo; Libro explicativo del llamado Códice Borbónico, México, Akademische Duck-und Verlagsanstald, Sociedad Estatal Quinto Centenario, FCE.Bosch-Gimpera, Pedro 1990. “El arte rupestre de América”, en Lorena Mirambell (coord.), Beatriz Quintanar y Begoña Morán (eds.), El arte rupestre en México, México, INAH.Castellano, Ana y Mario Consens 1995. “Aspectos formales de la clasificación arqueológica: Un aporte del arte rupestre”, en M. Consens y J.M. López Mazz (eds.) Arqueología en el Uruguay: 120 años después, Uruguay, Congreso Nacional de Arqueología Uruguaya, pp. 134-140.Faugère, Brigitte y Véronique Darras 2002. “Las obras rupestres de Huarimio, Tierra Caliente de Michoacán”, Arqueología, segunda Época, núm. 28, México, Coordinación Nacional de Arqueología, INAH, pp. 21-48.García Cook, Ángel 1982. Análisis tipológico de artefactos, México, núm. 116, Dirección de Monumentos Prehispánicos, INAH (Científica).2003a. “Proyecto Norte de la Cuenca de Oriental. Informe de la Temporada 2002”, México, Archivo del proyecto, Dirección de Estudios Arqueológicos, INAH.2003b. “Cantona: La Ciudad”, en W. Sanders, G. Mastache y R. Cobean (coords.), El urbanismo en Mesoamérica, México, INAH- Penn State University.2004. “Proyecto Arqueológico Cantona y del Norte de la Cuenca de Oriental. Informe de los trabajos en campo llevados a cabo en la temporada 2003”, México, Archivo del proyecto, Dirección de Estudios Arqueológicos, INAH.En prensa. “Sobre tres elementos líticos con carácter ritual: navajas de autosacrificio, navajas con cresta, y cortadores o tranchet”, en Lorena Mirambell y Leticia González A. (coords.), Reflexiones sobre la Industria Lítica, México, INAH.García Cook, Ángel y Leonor B. Merino Carrión 1991. Tlaxcala. Una Historia Compartida. Los orígenes. Arqueología, México, Gobierno de Tlaxcala, CNCA.1996. “Investigación arqueológica en Cantona, Puebla”, Arqueología, núm. 15, México, INAH, pp. 55-78.1997. “Informe de la segunda temporada de campo, noviembre 1996 a febrero de 1997”, Archivo del\ud proyecto, Dirección de Estudios Arqueológicos, INAH, México.Gendrop, Paul 1938. “Informe sobre las ruinas de cerca de la Hacienda de Xaltipanapa, Cantona, Puebla”, Archivo Técnico de México, INAH.Greer Mavis, Linda Olson, Gary Curtis y Jane Kolber 2004. Pautas para guiar a los visitantes de sitios con arte rupestre, M. Coccino y J. Antonigni (trad.), Tucson, American Rock Art Research Association.MacNeish, R. S., Antoinette Nelken-Terner e Irmgard Weitlaner de Jonson 1967. The Prehistory of the Tehuacan Valley, Douglas S. Byers (ed.), vol.II, Austin y Londres, University of Texas Press.Messmacher, Miguel 1990. “El arte paleolítico en México”, en Lorena Mirambell (coord.), Beatriz Quintanar y Begoña Morán (eds.), El arte rupestre en México, Serie Arqueología, México, INAH. 124Morales, Érika, y Aline Lara En prensa. “Del Cuacatl al cosmos: pintura rupestre en la Sierra Norte de Puebla”, Tucson, American Rock art Research Association.Morales Vigil, Érika 2003. “Informe técnico: Proyecto Norte Cuenca de Oriental (Temporada 2002)”, México, Archivo del proyecto, Dirección de Estudios Arqueológicos, INAH.2004. “Informe técnico: Proyecto Norte Cuenca de Oriental (Temporada 2003)”, México, Archivo del proyecto, Dirección de Estudios Arqueológicos, INAH.Schobinger, Juan 1997. Arte prehistórico de América, México, Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, Jaca Book (Edición especial mexicana).Spranz, Bodo 1973. Los dioses en los códices mexicanos del grupo Borgia. Una investigación iconográfica, María Martínez P. (trad.), México, FCE.Strecker, Matthias 1982. “Representaciones de manos y pies en el arte rupestre de cuevas de Oxhutzcab, Yucatán”, Boletín ECAUDY, año 9, núm. 52, pp. 47-57.Stresser-Péan, Guy 1998. Los Lienzos de Acaxochitlán (Hidalgo) y su importancia en la historia del doblamiento de la Sierra Norte de Puebla y sus zonas vecinas, México, Gobierno del Estado de Hidalgo, Centro Francés de Estudios Mexicanos y Centroamericanos.Valencia, Daniel J. 1992. “El arte rupestre en México”, tesis de licenciatura en Arqueología, México, ENAH

    . 33. Arqueología

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      En este número, como ya es costumbre, se han conjuntado trabajos que incursionan en los diferentes ámbitos de estudio de la arqueología, desde los que abordan temas tradicionalmente mesoamericanos hasta los más especializados técnicamente hablando. Abarcan también entornos geográficos más alejados, como es el caso de Panamá, donde con una minuciosa lectura se perciben las similitudes en algunos aspectos de la cultura material con nuestras regiones tropicales. El primer trabajo, de Urcid y Killion, trata sobre los olmecas en la región de Hueyapan de Ocampo, Veracruz. La amplia experiencia en arqueología y etnoarqueología de la región de los Tuxtlas origina una interesante discusión sobre la organización económica y política en esta área medular para la comprensión del fenómeno olmeca. En el texto de Tiesler y Campaña se conjugan armónicamente los datos arqueológicos y de la antropología física en la descripción de algunas prácticas de sacrificio humano, su oferta y el tratamiento mortuorio durante el Clásico en el sitio de Becán, Campeche, con interpretaciones y comparaciones de las costumbres funerarias y de su expresión ritual. El siguiente artículo, el de Cuevas Reyes, describe un complejo arquitectónico de juego de pelota —plaza, cancha, temazcal, escalinatas— en el Clásico tardío, en la región de Malpasito, al sur de Tabasco. Con un manejo de corte tradicional de los datos, se plantea un análisis espacial y de los materiales arqueológicos asociados.  Aurora Montúfar, bióloga con una gran experiencia en trabajos paleobotánicos, enriquece la identificación botánica de los copales hallados en cuatro ofrendas del Templo Mayor con anotaciones de carácter etnohistórico y actual sobre la función y la importancia de esta resina en la vida ceremonial de los mexica. En esta selección de artículos intencionalmente “misceláneos”, pudimos incorporar una reflexión histórica sobre la arqueología mexicana realizada por Ovalle. Su propuesta de dos tradiciones pragmáticas en la investigación arqueológica, secuenciadas y ligadas a la progresiva institucionalización de la práctica misma, podrá despertar tanto adhesiones como críticas, pero seguramente alimentará nuestro diálogo académico. Tres de las contribuciones de este número conforman un apartado especial dedicado al sitio de Cantona, uno de los centros más importantes del Altiplano mexicano durante el Clásico y el Epiclásico. Los artículos, derivados de ponencias presentadas en la XXVII Mesa Redonda de la Sociedad Mexicana de Antropología, en un simposio titulado “Cantona y su entorno”, aportan nuevos datos sobre los orígenes, la cronología y la estructura arquitectónica y urbana de esta ciudad. Finalizamos con una interesante aportación de Mayo y Cooke sobre lo que ellos denominan una región cultural, a través de un análisis minucioso de la industria lítica del sitio Cerro Juan Díaz, en la región central del Gran Coclé en Panamá; se realizan inferencias tecnológicas y funcionales sobre una ocupación de grupos costeros con agricultura del periodo Cerámico. Este trabajo puede ayudarnos a ampliar nuestras perspectivas por su propuesta tipológica inusual en México, por algunas semejanzas sugestivas con algunas industrias líticas del Sureste y de la Costa del Golfo. El seguimiento en este número de la controversia académica entre los investigadores Castellón y Rivas, lo que definiríamos una discusión “civilizada”, en nuestra opinión permite avanzar en la construcción de un entorno académico más abierto a la crítica y a la superación profesional. Es una muestra palpable de la necesidad de aprender a discutir, a veces a contracorriente, en un río permanente de información Por último, reiteramos nuestra invitación a colaborar con la revista que, a pesar de las limitaciones de todo tipo en las que se debate —y que estamos en la mejor disposición de corregir—, intenta constituirse en un instrumento de comunicación académica abierto e independiente.</p
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