6 research outputs found
Cantona: avances y resultados en el estudio de su patrón de asentamiento
García Cook, Ángel
2003a. “Cantona: La Ciudad” en William T.
Sanders; Alba Guadalupe Mastache; Robert H.
Cobean (coords.), El Urbanismo en Mesoamérica,
México, INAH-Penn State University,
pp. 312-343.2003b. “Proyecto Arqueológico Cantona. Informe
de los trabajos en campo llevados a cabo en la
Temporada 2002”, México, Archivo Técnico de la
Coordinación de Arqueología, INAH.García Cook, Ángel y Leonor B. Merino Carrión
1996a. “Proyecto Arqueológico Cantona. Informe
General: 1993-1996”, México, Archivo Técnico de
la Coordinación de Arqueología, INAH.1996b. “Investigación Arqueológica en Cantona,
Puebla”, Arqueología, Revista de la Coordinación
Nacional de Arqueología, núm. 15, enero-junio.1998a. “Cantona: Urbe Prehispánica en el Altiplano
Central de México”, Latin American Antiquity, vol. 9,
núm. 3, pp. 191-215.1998b. “Proyecto Arqueológico Cantona. Informe
de los trabajos en campo llevados a cabo en la
Temporada 1997”, México, Archivo Técnico de la
Coordinación de Arqueología, INAH.2000. “El Proyecto Arqueológico Cantona”, en L.
Miranbell y J. Litvak (coords.), Arqueología, Historia
y Antropología. In Memoriam José Luis Lorenzo
Bautista, México, INAH (Científica, 415) pp. 161-203.2001. “Proyecto Arqueológico Cantona. Informe de
los trabajos en campo llevados a cabo en la
Temporada 2000”, México, Archivo Técnico de la
Coordinación de Arqueología, INAH.Lara Galicia, Aline P.
2003. “El yacimiento de Obsidiana en Oyameles-
Zaragoza, Puebla: Evidencias de explotación
prehispánica”, tesis de licenciatura, México, ENAH,
INAH.Martínez Calleja, Yadira
2002. “Proyecto Arqueológico Cantona. Informe de
Actividades 2002”, México, Archivo técnico del
PAC, INAH.2004. “Proyecto Arqueológico Cantona. Informe de
las actividades realizadas durante la temporada2003”, México, Archivo PAC, SCIPA, INAH.Mastache, A. Guadalupe y Robert H. Cobean
2003. “Urbanismo en Tula” en William T. Sanders,
Alba Guadalupe Mastache y Robert Cobean
(coords.), El Urbanismo en Mesoamérica, INAH-Penn
State University, pp. 218-255.Morales Vigil, Erika
2003. “Informe Técnico, del Proyecto Norte de la
Cuenca de Oriental y Proyecto Arqueológico
Cantona”, México, Archivo del Proyecto
Arqueológico Cantona, DEA.Zamora Rivera, Mónica
2004. “Proyecto Arqueológico Cantona. Informe de
las actividades realizadas en el detallado del plano
de la Ciudad”, México, Archivo PAC, SCIPA, INAH
. 39. Arqueología
Este número se caracteriza por una temática geográfica y culturalmente variada,
aunque prevalecen aportaciones sobre etapas tardías en el Altiplano Central.
Desde luego, esto responde a la centralización de la investigación en
México y a una preferencia hacia la arqueología monumental, en menoscabo de
las etapas tempranas y de las culturas del Norte del país. Una vez más nos congratula
poder ofrecer a nuestros lectores artículos con contenidos no usuales,
pero nos da más satisfacción que la revista siga en pie gracias a sus aportaciones.
En el primer trabajo, a partir de enunciados transdisciplinarios se analiza
de nuevo el contexto funerario de Monte Cuevoso en Baja California Sur, excavado
en la década de 1950. Los autores hacen propuestas sobre las condiciones
de alimentación, salud y enfermedad de la población de esta muestra, enteramente
masculina, apoyándose en datos etnohistóricos de las poblaciones
pericúes del momento del contacto.
El artículo de Carpenter y Sánchez, también de ambientación “norteña”,
ofrece un panorama exhaustivo y una visión analítica de la investigación arqueológica
realizada en Sinaloa. Su lectura resulta indispensable para ir más
allá de las construcciones anacrónicas, ya que contrapuntea el acostumbrado
esquema de marginalidad del noroeste, tradicionalmente “planchado” entre
Mesoamérica y el suroeste de Estados Unidos.
En el extremo noreste, Diana Zaragoza presenta un ejercicio de reflexión
sobre el papel de los chamanes en una región con información etnohistórica
limitada y pausada investigación arqueológica. El “reto del arqueólogo”, como
ella lo define, en este caso corresponde a la identificación de indicadores de
la ideología y ritualidad de los cazadores recolectores a través de la figura
de los curanderos, apoyándose no sólo en la arqueología sino también en la
etnohistoria.
La Cholula del Posclásico y su peculiar organización política son los objetos
de una propuesta de interpretación en diversas escalas por parte de Michael
Lind. Nos describe cada uno de estos niveles gubernamentales y su articulación
al aplicar un modelo que considera a los conjuntos arquitectónicos representativos
de las diferentes formas de gobierno, y apoyándose en algunas imágenes
de la Historia tolteca-chichimeca.
Araceli Rojas Martínez se ocupa también del periodo Posclásico, pero en
este caso analiza la iconografía de un personaje en el tipo cerámico policromo
Albina; asimismo, a partir de información arqueológica y etnohistórica concluye
que dicha figura representa a un especialista del entretenimiento y que las
vasijas son parte de ofrendas en las fiestas en honor a los Ahuiateteo.
Como parte de los impactantes contextos del Templo Mayor, Alberto Diez
ofrece un recuento de los hallazgos en el predio de Guatemala 22 y propone la
interpretación de dos estructuras arquitectónicas ligadas a rituales calendáricos
específicos, que por su ubicación y morfología quizá sean componentes de
los restos del gran tzompantli.
Los siempre atractivos estudios calendáricos prehispánicos y sus ajustes a
nuestros referentes culturales llevan a Arnold Lebeuf a ofrecer su trabajo sobre
el Tzolkin/Tonalpohualli, donde los cinco soles corresponden a ciclos de duración
de 1040 años, cuyo comienzo está ligado al inicio de ciclos de eclipses.
Ya en el periodo colonial, Jorge Cervantes Martínez presenta algunos resultados
de los trabajos en el Bosque de Chapultepec para identificar la antigua
iglesia de San Miguel Chapultepec, donde estudió el contexto funerario desde
el punto de vista osteológico y paleopatológico.
A partir del análisis de restos de flora y fauna de 18 contextos sumergidos
en la Bahía de Campeche, uno histórico y 17 modernos, Pedro H. López plantea
el papel de los organismos marinos en la transformación de los contextos
en medio acuático, así como la importancia de su estudio para planear su investigación
y conservación.
Por último, desde una posición materialista, J. E. Sánchez aprovecha la crítica
a la concepción idealista de los objetos de Baudrillard para proponer algunas
reflexiones teórico-metodológicas sobre la clasificación y sus supuestos
epistemológicos.
El contenido del número 39 de nuestra revista se complementa con las consabidas
secciones de Noticias, Reseñas y Archivo Técnico. Por último nos gustaría
reiterar la invitación a enviar colaboraciones, y así compartir con todos
nosotros el valioso producto de su trabajo intelectual.</p
. 33. Arqueología
En este número, como ya es costumbre, se han conjuntado trabajos que incursionan en los diferentes ámbitos de estudio de la arqueología, desde los que abordan temas tradicionalmente mesoamericanos hasta los más especializados técnicamente hablando. Abarcan también entornos geográficos más alejados, como es el caso de Panamá, donde con una minuciosa lectura se perciben las similitudes en algunos aspectos de la cultura material con nuestras regiones tropicales.
El primer trabajo, de Urcid y Killion, trata sobre los olmecas en la región de Hueyapan de Ocampo, Veracruz. La amplia experiencia en arqueología y etnoarqueología de la región de los Tuxtlas origina una interesante discusión sobre la organización económica y política en esta área medular para la comprensión del fenómeno olmeca.
En el texto de Tiesler y Campaña se conjugan armónicamente los datos arqueológicos y de la antropología física en la descripción de algunas prácticas de sacrificio humano, su oferta y el tratamiento mortuorio durante el Clásico en el sitio de Becán, Campeche, con interpretaciones y comparaciones de las costumbres funerarias y de su expresión ritual.
El siguiente artículo, el de Cuevas Reyes, describe un complejo arquitectónico de juego de pelota —plaza, cancha, temazcal, escalinatas— en el Clásico tardío, en la región de Malpasito, al sur de Tabasco. Con un manejo de corte tradicional de los datos, se plantea un análisis espacial y de los materiales arqueológicos asociados.
Aurora Montúfar, bióloga con una gran experiencia en trabajos paleobotánicos, enriquece la identificación botánica de los copales hallados en cuatro ofrendas del Templo Mayor con anotaciones de carácter etnohistórico y actual sobre la función y la importancia de esta resina en la vida ceremonial de los mexica.
En esta selección de artículos intencionalmente “misceláneos”, pudimos incorporar una reflexión histórica sobre la arqueología mexicana realizada por Ovalle. Su propuesta de dos tradiciones pragmáticas en la investigación arqueológica, secuenciadas y ligadas a la progresiva institucionalización de la práctica misma, podrá despertar tanto adhesiones como críticas, pero seguramente alimentará nuestro diálogo académico.
Tres de las contribuciones de este número conforman un apartado especial dedicado al sitio de Cantona, uno de los centros más importantes del Altiplano mexicano durante el Clásico y el Epiclásico. Los artículos, derivados de ponencias presentadas en la XXVII Mesa Redonda de la Sociedad Mexicana de Antropología, en un simposio titulado “Cantona y su entorno”, aportan nuevos datos sobre los orígenes, la cronología y la estructura arquitectónica y urbana de esta ciudad.
Finalizamos con una interesante aportación de Mayo y Cooke sobre lo que ellos denominan una región cultural, a través de un análisis minucioso de la industria lítica del sitio Cerro Juan Díaz, en la región central del Gran Coclé en Panamá; se realizan inferencias tecnológicas y funcionales sobre una ocupación de grupos costeros con agricultura del periodo Cerámico. Este trabajo puede ayudarnos a ampliar nuestras perspectivas por su propuesta tipológica inusual en México, por algunas semejanzas sugestivas con algunas industrias líticas del Sureste y de la Costa del Golfo.
El seguimiento en este número de la controversia académica entre los investigadores Castellón y Rivas, lo que definiríamos una discusión “civilizada”, en nuestra opinión permite avanzar en la construcción de un entorno académico más abierto a la crítica y a la superación profesional. Es una muestra palpable de la necesidad de aprender a discutir, a veces a contracorriente, en un río
permanente de información
Por último, reiteramos nuestra invitación a colaborar con la revista que, a pesar de las limitaciones de todo tipo en las que se debate —y que estamos en la mejor disposición de corregir—, intenta constituirse en un instrumento de comunicación académica abierto e independiente.</p
. 38. Arqueología
Por razones de política editorial tratamos de equilibrar cada número en cuanto
a regiones y temporalidades, pero en esta ocasión ha resultado difícil porque
hay un sesgo muy fuerte hacia el periodo Posclásico en el Altiplano. Sin
embargo, esta pequeña trasgresión a nuestras reglas tiene por contraparte el
interés de los artículos que conjuntan especialistas en arqueología y otros
ámbitos de la antropología y la historia, con temáticas que se entrecruzan, comparten
y enriquecen para ofrecer la posibilidad de lecturas aleccionadoras
Encabezan el número Óscar Basante y Juan Sebastián Gómez, en cuyo trabajo
preliminar se describe una colección de materiales procedentes de Zacatecas
y se proporciona información sobre sitios con arquitectura y pintura rupestre
de Monte Escobedo, relacionados con la cultura Bolaños.
En el siguiente artículo se ofrecen algunos resultados de las excavaciones
en el Cerro de los Magueyes en Metepec, Estado de México, donde Carmen
Carvajal y Alfonso González, a partir del análisis de un entierro en urna del
Posclásico tardío, elaboran una propuesta de identificación física e interpretación
simbólica.
A su vez, Denisse L. Argote y colaboradores nos ofrecen los resultados iniciales
de la prospección en el sitio Los Teteles de Ocotitla, Tlaxcala, ubicado
temporalmente en el Clásico y donde por medio de radar de penetración detectan
anomalías en las terrazas que interpretan como posibles estructuras,
tumbas u otros elementos soterrados, impulsando el uso de los llamados métodos
geofísicos.
En una línea de descripción iconográfica, María Teresa Muñoz y José Carlos
Castañeda analizan una figurilla de barro perteneciente al acervo del Museo
Histórico de la Sierra Gorda de Querétaro; con ello intentan establecer la
relación de esta pieza con la deidad de la fertilidad Tlazolteotl-Ixcuina,
asociándola también con la diosa pame Cachum mediante un análisis comparativo
e interpretación simbólica.
En el trabajo de Verónica Ortega y Víctor Álvarez, dos estructuras subterráneas
del Posclásico tardío, encontradas en la zona urbana de Teotihuacan, se
interpretan como temascales por medio de un análisis comparativo con otras
localizadas en San Francisco Mazapa.
A continuación, un salvamento en la ciudad de México proporciona información
sobre la traza prehispánica de Tlatelolco y el barrio de Atezcapan. Los
autores, Alberto Mena, Janis Rojas y María de Jesús Sánchez Vázquez, muestran
amplio conocimiento sobre la ciudad y aportan datos para la reconfiguración
del límite sur y la separación de las islas.
A partir de la arqueología histórica del periodo colonial, Patricia Murrieta
informa sobre el proceso productivo del azúcar en la hacienda de Tecoyutla,
Guerrero, y ofrece una descripción de las labores realizadas alrededor de este
monumento histórico, por las que también plantea propuestas de uso del espacio.
A su vez, Carmen Aguilera diserta sobre Tlaltecuhtli, una deidad poco
conocida que conjuga orígenes y para ello se discute su procedencia y género,
además de plantear propuestas interpretativas y rutas de investigación iconográfica.
El artículo de Ángel García Cook y Yadira Martínez Calleja es de corte técnico
y descriptivo, pues detalla de manera precisa las características principales
de las vías de circulación interna en Cantona, y a partir de ahí se elabora una
completa tipología. Además de proporcionar hipótesis y propuestas para la interpretación,
se aplica un análisis comparativo entre Cantona y otras ciudades
prehispánicas en las que se han identificado calles y caminos.
A partir de los hallazgos en el salvamento de La Plaza Juárez, Fernando
Guerrero y colaboradores dibujan rasgos del paleopaisaje en la zona de La Alameda
Central. Además, el conjunto de los contextos y el análisis iconográfico
les permiten proponer usos del espacio y la posible localización del barrio de
Tzapotlán, componente de México-Tenochtitlan.
Por último, Francisca Ramírez parte del análisis documental, la información
arqueológica y etnográfica para ofrecer un panorama que asocia los cambios
climáticos y las fluctuaciones demográficas en el valle de Tehuacan para
el Posclásico tardío y la primera parte de la Colonia.
No podemos concluir la presentación de este número sin llamar la atención
del lector a nuestras ya acostumbradas secciones Archivo Técnico y Noticia, igualmente
enriquecedoras y no menos importantes; en esta ocasión ofrecemos un
texto de Florencia Jacobs Muller sobre Teotihuacan, y un reporte de Rodolfo
Cid y Liliana Torres a propósito del deterioro de materiales óseos.
Fieles al compromiso de mantener y mejorar la calidad de este espacio de
difusión y comunicación académica, esperamos que este material les sea de utilidad
y los estimule a enviar sus contribuciones.</p